Texcoco, Méx., 20 de julio de 2020.- La canícula ha comenzado en algunos estados del país, y podría afectar la producción agrícola, advierte el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
Dicho fenómeno, es de las sequías más graves que amenazan a la sociedad y los ecosistemas, pues la falta de lluvias, escasa humedad del suelo, poca disponibilidad de agua y variación en su calidad limitan la producción agropecuaria (y la industria vinculada) y conducen incluso a incendios devastadores.
La canícula (sequía intraestival o veranillo), es un caso particular de sequía que ocurre en una amplia región de Mesoamérica y el Caribe. Se trata de un fenómeno climático que constituye una amenaza regional, pues sus impactos -amplificados por el inadecuado uso de la tierra y el cambio climático- pueden ser tan grandes que históricamente han registrado evacuaciones de miles de personas, muerte de ganado y pérdidas de cultivos a gran escala.

Llamada así porque hace muchos años el fenómeno coincidía con la aparición de la constelación Canis Maior en el firmamento, la canícula se origina regularmente en medio del verano porque es cuando las condiciones climáticas en la región propician la aparición de algunos anticiclones. Si los ciclones ocasionan lluvias torrenciales, los anticiclones hacen lo contrario, y es por eso que en los llamados 40 días más calurosos del año (de acuerdo con los registros históricos, pueden ser entre 30 y 60) se observan cielos muy despejados.

Este fenómeno, en el que se conjugan altas temperaturas (que pueden llegar hasta los 50 grados Celsius) y lluvias mínimas, se presenta entre julio y agosto. No obstante, su duración, intensidad y severidad varían dependiendo de la región y la aparición de otros fenómenos climáticos, por lo que incluso puede extenderse hasta septiembre.

Su estudio científico es muy reciente, pero hoy se sabe que la canícula es más intensa en la parte oriental del Pacífico (el Corredor Seco) y que está asociada a otros fenómenos meteorológicos, como el monzón de América del Norte, la corriente en chorro de bajo nivel del Caribe e incluso la llegada del polvo del Sahara (que suprime las lluvias).

La agricultura de temporal es la más vulnerable ante este fenómeno, pues ocasiona un bajo nivel productivo -comparado con las zonas de riego-, y un aumento de plagas. Desde el punto de vista agronómico, la severidad de la canícula no solo depende de la temperatura y la precipitación, sino del tipo de suelo, el cultivo establecido (y la etapa de desarrollo en que se encuentre), la variedad y -sobre todo-, las medidas y prácticas agronómicas que se realicen.
Para este año, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha señalado que este fenómeno se podría presentar en algunas regiones de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán, así como en zonas de Coahuila y Nuevo León.

¿Cómo pueden los productores de estos estados hacerle frente?

El CIMMYT, promueve la Agricultura de Conservación como un sistema eficiente para hacer frente a la sequía. Debido a que este sistema agrícola contempla la cobertura del suelo con rastrojos o residuos agrícolas del ciclo anterior, el suelo queda protegido y conserva mayor humedad (tal vez te interese leer Rastrojo, el héroe en años secos).

Junto con otras prácticas sustentables derivadas y asociadas como la elección de fechas de siembra y variedades adecuadas (particularmente de ciclo corto), la asociación de cultivos (donde uno puede proporcionar sombra a otro, por ejemplo) y los cultivos de cobertura (que funcionan como una trampa de humedad, ya que retienen rocío y evitan que se pierda por evaporación)-.
La Agricultura de Conservación contribuye a minimizar los impactos de la canícula. Por eso es importante que los productores conozcan los beneficios del sistema de producción sustentable. (Redacción MEXICAMPO).