Si no es posible renunciar o sustituir en forma inmediata el uso total de los fertilizantes químicos, hagamos un uso más racional de éstos, aplicando bioinsumos que permitan dejar una “huella sustentable” más positiva en el medio ambiente, los suelos, y tener un mejor aprovechamiento del agua.

“El reto es cambiar el viejo “chip” de que sólo con químicos se puede aumentar la productividad en la agricultura y transformar de raíz lo que hemos hecho hasta ahora con nuestra tierra”, expuso el director general de Biofábrica Siglo XXI, Marcel Morales Ibarra, quien impulsa el proyecto `Agrobiotecnología para una Agricultura Rentable y Sustentable´.

“Nosotros hemos demostrado en Zacatepec, Morelos, uno de los campos cañeros más importantes de México, donde se cultivan 20 mil hectáreas, cómo con la aplicación de biofertilizantes, se puede extender la vida útil de la plantación de caña, dado que el promedio de cortes en la región es de cuatro y con el uso de bioinsumos se superan los seis. A la par, con una reducción del 30% de la fertilización química, se ha logrado duplicar el rendimiento de caña de azúcar, alcanzando 150 toneladas por hectárea, en relación con las 70 toneladas cosechadas en testigos donde no se utilizaron bioinsumos”.

Este es un proceso que se ha mantenido durante los últimos seis años, superando el rendimiento promedio estatal que es de 110 ton/ha; en tanto que, con el uso de biofertilizantes, se llegó a alcanzar 50 toneladas adicionales. En el primer corte se levantaron 160 contra 130 ton/ha del testigo; en el sexto corte, los rendimientos fueron de 150 y 70 toneladas, respectivamente.

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Con esto queda demostrado que con innovaciones y mejores prácticas podemos recuperar gradualmente nuestros suelos. De acuerdo con los análisis realizados en Zacatepec, la producción total en parcelas de caña, tomando en cuenta la raíz, fue de 208.7 ton/ha con biofertilizante; frente a las 88 ton/ha sin biofertilizante, es decir, un diferencial de 137%. Esto es muy importante, ya que, además del efecto en el incremento de la producción de caña, la producción de raíz fue cinco veces superior con el uso de biofertilizantes, lo que impacta directamente en la conservación y regeneración del suelo.

Otra virtud de los biofertilizantes, es que también posibilitan un aprovechamiento más eficiente de los nutrientes, por ejemplo, el tratamiento donde se utilizaron biofertilizantes en caña, obtuvo el 192% del nitrógeno aplicado, debido a la alta eficiencia y a la fijación biológica de nitrógeno aportados por este bioinsumo; mientras que, el tratamiento sin biofertilizantes, solo aprovechó el 66% del nitrógeno aplicado.

Morales Ibarra explica que lo anterior significa que, con los biofertilizantes, se aprovechó el 100% del nitrogeno aplicado, mientras que el nitrógeno extra (92%), se obtuvo por el mejor aprovechamiento del que esta en el suelo y por fijación biológica del nitrógeno atmosférico. Esto se explica porque los biofertilizantes generan una mayor actividad de microorganismos y la existencia de raíces más abundantes, con lo que se retiene más humedad y una mayor cantidad de nutrientes necesarios para el crecimiento de la planta.

En el caso del fósforo se tiene un comportamiento similar. En el tratamiento con biofertilizantes, se registró un nivel de eficiencia del 161%; es decir, se aprovechó el 100% del fósforo aplicado, más un 61% adicional, producto de la mayor capacidad de solubilizar y aprovechar el fósforo disponible en el suelo. En el caso del testigo, el aprovechamiento fue sólo del 58% del fósforo aplicado.

El también presidente del Consejo Mexicano de Agrobiotecnología (COMaBio), insistió en que es tiempo de cambiar el viejo modelo de producción que derivó de la Revolución Verde, que ya presenta serios síntomas de agotamiento, y su permanencia nos cobra costos cada vez más altos.

“Es urgente implementar innovaciones que nos permitan transitar a un modelo agrícola más rentable y sustentable. El planeta ya no soporta más devastación, cuyos niveles actuales comprometen la vida futura en el planeta. El uso de la biotecnología nos demuestra que es perfectamente viable el incremento de la productividad agrícola, paralelamente con la sustentabilidad. Es un sinsentido postergar la adopción de esta alternativa”.