Produce IPN composta orgánica con desechos de nopal
- En su elaboración participan productores de San Lorenzo Tlacoyucan, delegación Milpa Alta
Impulsar el desarrollo de la agricultura orgánica mexicana y generar tecnologías domésticas son razones por las que investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) producen composta orgánica con desechos de nopal, estiércol y pasto en beneficio de 250 productores de San Lorenzo Tlacoyucan, en la delegación Milpa Alta.
La líder del proyecto, María Elena Tavera Cortés, de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA), detalló que al usar estiércol crudo bovino, que genera grandes cantidades de metano, mezclado con desechos de nopal y pasto se produce el fertilizante orgánico, el cual posee valiosos nutrientes y puede utilizarse como abono para la producción de nopal orgánico.
La composta elaborada tiene las características de estar estabilizada, libre de coliformes y además se puede usar como un sustrato en la producción de nopal con mayor rendimiento en la comunidad de Milpa Alta.
Otra de las ventajas que ofrece la composta, generada mediante un proceso de maduración que dura cuatro meses es su costo, ya que es menor a los productos comerciales. “Lo que estamos haciendo es transformar todos los residuos y desechos orgánicos que se generan en esta comunidad”, indicó la encargada del laboratorio de gestión ambiental de la UPIICSA.
Tavera Cortés subrayó que el estiércol que se usó incrementa el rendimiento en 25 por ciento del fertilizante orgánico y se emplean de 50 a 100 toneladas por hectárea, pero “su manejo inadecuado contribuye con el deterioro del medio ambiente, por ello una de las formas de minimizar este impacto es darle un procesamiento a través de la composta”.
Este trabajo surgió en 2009 a raíz de las diversas problemáticas que tiene la Ciudad de México como la generación de Residuos Sólidos Urbanos, ya que la CDMX es la entidad que más RSU genera a nivel nacional. El proyecto aprovecha la fracción orgánica porque al descomponerse genera cierta cantidad de gas metano, el cual tiene incidencias negativas para el medio ambiente, agregó.
“Tenemos una solicitud de patente del proceso de estandarización de la composta. Derivado del proyecto se obtuvieron reconocimientos a tesis y un segundo lugar en el Premio BLIS de sustentabilidad. También impartimos talleres de capacitación y cursos en la transferencia del proceso para los productores de San Lorenzo Tlacoyucan”, informó la investigadora.
La planta experimental está localizada en las instalaciones de remo y canotaje de la UPIICSA, en Cuemanco, por estar alejado de las zonas de entrenamiento y no interferir con ninguna actividad ni afectar a vecinos de la zona.
El proyecto cuenta con el apoyo institucional y está desarrollado por un equipo multidisciplinario e interdisciplinario de biólogos, agrónomos, economistas, administradores, ingenieros industriales, biotecnólogos e investigadores de la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA), Unidad Tepepan del IPN, así como de las universidades Autónoma Metropolitana (UAM), Autónoma de Chapingo (UACh), Popular Autónoma del estado de Puebla (UPAEP) y Nacional Autónoma de México (UNAM).