Ganado GBG

Ciudad de México, 3 de octubre.- La crisis sanitaria del sector ganadero del país es devastador, por la presencia del gusano barrenador del gusano (GBG), las importaciones de cortes provenientes de Brasil, y la movilidad ilegal de ganado de Centroamérica, con la  repercusión del cierre a las exportaciones mexicanas de ganado en pie a Estados Unidos.

El mercado de la carne en México experimenta completa distorsión, ya que aun cuando hay suficiente oferta de ganado y carne en el país, el precio de la proteína animal se mantiene al alza sin acciones y políticas de gobierno para detener el incremento.

Dirigentes de organizaciones ganaderas del norte del país, principalmente de los estados de Sonoro, Coahuila, Durango, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas, entidades exportaciones de ganado en pie a la Unión Americana, estiman el desplome de hasta 50 por cierto del valor de sus becerros.

La indolencia gubernamental a la situación que se vive en la ganadería nacional, alcanza las instancias de las secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural, Economía y Salud, principalmente.

César Ocaña Romo, consultor en jefe de Nexus Agronegocios, pone en alerta que el precio de la carne al consumidor no baja de precio, lo que amenaza al desplome de la engorda nacional, y con ello a toda la cadena de suministro de carne bovino mexicana.

El especialista resalta que desde el mes de julio del año en curso, se detectaron en el sur cargamentos infectados del GBG, una vez que Senasica dio la vez de alerta que “animales con gusaneras estaban pasando inspecciones, pero las medidas no llegaron a tiempo”.

“El impacto está en que las engordadores se benefician comprando ganado con precios deprimidos y la carne al consumidor no baja de precio”.

Ello, explica, descompone el sistema nacional de precios, lo que perjudica incluso a quienes no exportan. El mercado ganadero es de alrededor de 9.0 millones de becerros y becerras con valor superior a los 5,000  millones de dólares que continúa distorsionado.

“El gobierno como responsable de la sanidad animal, y otros actores también fallaron: se avalaron cargamentos infectados; se movilizan becerros con trazabilidad en duda; y los organismos gremiales en general, reaccionan cuando la realidad y las protestas de los productores los han rebasado, detalló el consultor.

Voces de organizaciones gremiales locales y regionales, han alertado sobre los riesgos al mercado de exportación y nacional, sin embargo, han sido minimizados, mientras tanto, Estados Unidos manifiesta una alerta y advertencia sobre la defensa de su hato ganadero, por lo que hay preguntar si la solución que requiere el país será interna, o vendrá por presiones externas.

Toca a la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), como cabeza del gremio ganadero ser más creativo y empático, a hacer algo diferente y con visión de futuro.

Dar propuestas concretas de política pública que solventen la problemática: ¿será un cierre temporal o total a la entrada de ganado de Centroamérica?, ¿será una mayor rigurosidad a los protocolos sanitarios?, ¿una trazabilidad real del ganado?, ¿financiamiento por la contingencia?, son interrogantes para el sector, y no menos importante, el conocer a detalle los proyectos anunciados de integración de los ganaderos a la cadena de bovinos carne y su viabilidad financiera en el norte del país, manifestó el Consultor. (Redacción MEXICAMPO).

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