Presencia del GBG por abandono a programas de sanidad animal

Ciudad de México, 30 de septiembre.- La crisis sanitaria que afecta a la ganadería mexicana por la presencia del gusano barrenador, se debe acreditar al abandono de programas exitosos de cooperación en materia de sanidad animal y vegetal, que habían operado de manera conjunta y satisfactoria los gobiernos de México y Estados Unidos, en tiempos relativamente recientes.
De igual manera se debe acreditar la entrada a México de cantidades crecientes de carne procesada proveniente de Brasil, lo que ha llevado de manera preocupante al cierre de la frontera norte a la exportación de ganado mexicano en pie a los Estados Unidos.
“En la actualidad urge a la ganadería mexicana, y por la vecindad tan cercana con Estados Unidos, estrechar un programa de cooperación y acuerdos de coordinación, que permita combatir y erradicar de manera urgente y eficiente, a la plaga del gusano barrenador del ganado (GBG), que de no tomar medidas firmes y coordinadas, ese problema sanitario se puede extender”.
Consideraciones del director de la consultoría Nexus Agronegocios, César Rafael Ocaña Romo, así como de dirigentes de diversas organizaciones ganaderas del país, particularmente de la región norte de México.
En la problemática señalada reportan también las pérdidas económicas que pueden llegar a más de 1,000 millones de pesos, por daños que en breve tiempo podría causar al sector pecuario mexicano el llamado GBG.
Precisan que los gobiernos de México y Estados Unidos, deben recordar que el intercambio de experiencias técnicas y científicas en procurar la sanidad de especies pecuarias y agrícolas, deben ser continuas, progresivas y con perspectivas de beneficio social, económico, científico e incluso de tipo cultural, para la población de ambas naciones.
Pese a lo anterior, los ganaderos mexicanos esperan que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, dé la importancia social y económica que representa el sector pecuario nacional, y que no espere “a ver qué opinan las autoridades sanitarias de Estados Unidos, frente a un problema sanitario que afecta a los ganaderos y a la población mexicana, más que a los vecinos del norte”.
Ocaña Romo, refiere que hace más de 30 años, cuando los territorios de México y de Estados Unidos, se declararon libres del GBG (insecto que en su estado adulto es una mosca), se cerraron las plantas productoras de moscas estériles, sin reflexionar que se requerirían ahora, para hacer frente a ese problema sanitario, plantas que operaban en Metapa de Domínguez y en Tuxtla Gutiérrez, en el estado de Chiapas.
Ambas naciones acordaron construir y operar plantas de moscas estériles, tanto del “gusano”, como de la Mosca del Mediterráneo. Esta última afecta a frutas y otros productos agrícolas y continúa erradicada de territorio mexicano.
Entre los ganaderos mexicanos existe gran preocupación por el cierre de la frontera norte a la exportación de ganado en pie, hasta por 1.0 millón de cabezas al año, y también por el ingreso de carne procesada a México Centroamérica y Brasil.
En meses recientes de este año, “han circulado noticias de la importación de carne procesada, con alto riesgo sanitario para el sector pecuario mexicano”.
“Ante esto, es necesario prevenir que regrese a México la ‘Fiebre Aftosa’, debido a la constante movilización de reses, sobre todo en países centroamericanos y del Caribe”.
Últimamente, han entrado a México cantidades crecientes de carne procesada proveniente de Brasil. En lo que va de 2025, se tiene el ingreso a nuestro país por más de 70,000 toneladas de carne en cortes, lo cual es equivalente a casi 200,000 cabezas de ganado bovino, con el consecuente desequilibrio del mercado nacional.
Los productores pecuarios de varias regiones ganaderas mexicanas, señalan que las autoridades del país saben perfectamente que México exporta anualmente alrededor de 1.0 millón de cabezas de ganado en pie, al mercado estadunidense, con fundamento en la calidad y sanidad de la ganadería nacional.
Frente a estas condiciones, una vez que se reportó la invasión del “gusano barrenador” -en territorio mexicano-, proveniente de países de Centroamérica y el Caribe, el gobierno norteamericano dispuso el cierre de su frontera con México, hasta erradicar esa plaga.
Miles de productores han visto el desplome en hasta 50 por ciento del valor de sus becerros, alertan organizaciones gremiales locales y regionales, cuya opinión han sido minimizada.
La carne importada de Brasil, puede poner en jaque toda la cadena de suministro de carne bovina nacional.
Y el brote de GBG en Nuevo León, “no fue un accidente, sino la consecuencia de advertencias ignoradas y supervisión débil. El saldo actual es la caída de ingresos, precios distorsionados, credibilidad sanitaria dañada y un posible conflicto bilateral bajo el paraguas del T-MEC”.
En el caso de la carne importada de Brasil, país con el que no se tiene tratado de libre comercio, se puede convertir en amenaza que desplace a la engorda nacional y con ello a toda la cadena de suministro de carne bovino mexicana.
El especialista resalta que desde julio del 2025, se detectaron cargamentos infectados en el sur; en septiembre, Senasica advirtió que animales con gusaneras estaban pasando inspecciones, pero las medidas no llegaron a tiempo.
Y el 21 de septiembre se confirmó el primer caso en Sabinas Hidalgo, en el estado de Nuevo León y el tema escaló de inmediato en lo político y lo económico: Estados Unidos lo lee como una amenaza a su hato y como un fracaso de México en gobernanza sanitaria, remató el consultor. (Redacción MEXICAMPO).








