11 octubre, 2024

Agave mezcalero y sotol con alto potencial para exportación

  •  Productores de estas bebidas presentaron al líder de la CNC, senador Ismael Hernández Deras, un proyecto de desarrollo de agaves de mezcal y sotol

Los vinos y licores producidos con agave mezcalero y de sotol tienen una demanda creciente en los mercados del país y del extranjero. Sobre todo ganan terreno frente a bebidas reconocidas como el brandy, whisky, ron e incluso el coñac, como aperitivo y más allá del consumo moderado en restaurantes y bares de prestigio, señaló el presidente del Sistema Producto Maguey Mezcal y Sotol, Alfredo Conde de la Cruz.

“Hay razones para considerar que el mezcal y sotol se colocan en la preferencia de los consumidores”, dijo el agrónomo Conde de la Cruz. Primero, que se trata de un producto natural cuya destilación tiene una mínima participación química; la maduración del agave dura entre siete y diez años y el proceso de extracción del jugo de la piña cocida, mantiene una tradición que le da el aroma y sabor agradable al paladar.

En Europa y Asia existe una demanda no satisfecha por el mezcal, sotol y tequila mexicanos, sobre todo por su origen natural, expresó el también productor y exportador de mezcal.

El agave, materia prima de estos productos, se desarrolla en zonas de escasa precipitación, en terrenos marginales donde otros cultivos no prosperan desde el punto de vista comercial, y es relativamente poco el trabajo que requiere el desarrollo del agave, comparado con otros productos que compiten por los mercados de bebidas, como podría ser la uva, materia prima del brandy y el coñac, o el trigo centeno para el wodka, o la caña de azúcar para el ron.

Durante la presentación al presidente de la Confederación Nacional Campesina, senador Ismael Hernández Deras, del Proyecto de Desarrollo del Agave de Mezcal y Sotol, integrado por nueve entidades federativas, Alfredo Conde de la Cruz dio a conocer que los primeros resultados sobre el cultivo e industrialización del agave mezcalero, puede ofrecer oportunidades de empleo e ingreso a pequeños productores de Oaxaca, Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango, Tamaulipas, Puebla, Guerrero y Michoacán.

Añadió que los productores de maguey mezcalero “estamos pasando de plantaciones silvestres a plantaciones comerciales, con la ventaja de que, una vez que el agave está en desarrollo, es posible realizar acciones de pastoreo controlado entre las plantaciones, sobre todo por la limpieza de maleza que realizan las especies menores, como borregos y cabras, sin que las plantaciones de agave sufran daño”.

La rentabilidad del cultivo de agave es muy favorable en los estados señalados, en virtud de que no corresponden a suelos de alta calidad ni son de riego ni humedad. Son de clima semidesértico, donde los cultivos de ciclo anual ofrecen bajos rendimientos.

Ejemplo de ello son los estados de Zacatecas y San Luis Potosí, donde una gran cantidad de tierras se destinan al cultivo de maíz y frijol, con muy baja productividad. Los rendimientos si acaso alcanzan 200 kilogramos por hectárea, sin posibilidad de recuperar el valor del trabajo y la inversión campesina.

En tanto, con el agave, una vez establecido el programa productivo, en el corto y mediano plazo se ha demostrado que los beneficios pueden ser muy rentables.

Se trata de un proyecto que beneficia a productores del sector social, donde también se tiene la prioridad de la aplicación de avances de la ciencia y tecnología.

Un ejemplo de ello, dijo, es que hemos introducido molinos con gran capacidad de molienda y extracción del jugo de los agaves en los alambiques. Ahora los procesos de cocimiento y aprovechamiento de las piñas del agave, que requerían muchos días de trabajo de los obreros en fábrica, en ocasiones hasta dos semanas, ahora sólo se necesitan dos horas para realizar el mismo trabajo.

Otra ventaja que nos permite el avance tecnológico, añadió, es el mejoramiento del medio ambiente. Se utiliza menos combustible orgánico, como leña, para el cocimiento de las piñas de agave. De la misma forma, en los alambiques utilizamos un condensador del agua que usamos en todo el proceso, de manera que la sometemos a un proceso de reciclado.

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