FAO y CEPAL llaman a enfrentar desafíos de la migración
12 de octubre de 2017, San Salvador, El Salvador – La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) realizaron un llamado a conformar una alianza compuesta por expertos de instituciones de investigación, organismos de cooperación y organizaciones no gubernamentales para enfrentar los desafíos de la migración en los países de la región mesoamericana y posicionar este tema al más alto nivel de las agendas regionales y nacionales, durante una reunión de expertos realizada en El Salvador.
De acuerdo a la FAO, el fenómeno migratorio en México y Centroamérica requiere ser tratado de manera integral, no solo afrontar los aspectos de seguridad de Estado, sino desde sus causas estructurales.
“La migración no debe ser solo vista como un problema, sino también una posibilidad de desarrollo”, señaló Luiz Carlos Beduschi, Oficial de Políticas de Desarrollo Rural de la FAO, luego de una reunión de expertos convocada conjuntamente por FAO y CEPAL en San Salvador.
“Se requiere responder a las necesidades de las poblaciones mesoamericanas para que la migración sea una opción y no una salida casi forzada por las circunstancias extremas que prevalecen en los territorios donde viven”, agregó Beduschi.
Al respecto, Hugo Beteta, Director de la sede Subregional de la CEPAL en México, señaló que “es necesario llevar a la mesa dos tradiciones de trabajo dentro de las Naciones Unidas: una, sobre el debate en cuanto al modelo de desarrollo en América Latina; y la otra, sobre la experiencia de la FAO en materia de desarrollo territorial”.
Durante el taller para iniciar la conformación de la Alianza para enfrentar las causas de la migración y construir oportunidades en territorios rurales de Mesoamérica, las agencias de la ONU coincidieron en la importancia de repensar los modelos de desarrollo que han empujado a muchas personas a migrar.
Según datos de la CEPAL, casi 30 millones de latinoamericanos y caribeños viven fuera de su país de nacimiento. Alrededor de 15 millones de emigrantes provienen de Mesoamérica, representando el 9,7% de la población de dicha subregión: cerca de 12 millones son mexicanos y más de 3 millones son originarios de los países del Triángulo Norte Centroamericano (El Salvador, Guatemala y Honduras). A estos números hay que agregar además los de la migración interna, desde las zonas rurales hacia los centros urbanos.
FAO y CEPAL se comprometieron a poner a disposición de los gobiernos de El Salvador, Guatemala, Honduras y México sus capacidades, experiencias y conocimientos, con el objetivo de contribuir al diseño de políticas públicas capaces de enfrentar el complejo fenómeno migratorio de la región.
Un fenómeno complejo de gran magnitud
Para la FAO y la CEPAL, la magnitud del fenómeno en los países del Triángulo Norte Centroamericano y México está directamente ligada a un modelo de desarrollo que ha sido excluyente y que coloca la migración casi como la única alternativa para la supervivencia de una gran parte de la población.
Según ambos organismos, existen tres grandes causas interconectadas de la migración en esta región: la pobreza y falta de oportunidades, la vulnerabilidad ante los fenómenos climáticos cada vez más intensos y frecuentes, y los elevados niveles de violencia e inseguridad que se viven en los cuatro países.
A estas tres causas hay que agregar, además, la reunificación familiar como un elemento más a considerar en la decisión de migrar de miles de centroamericanos y mexicanos.
Hacia la construcción de oportunidades en los territorios de origen
De acuerdo a la FAO, una mirada de desarrollo territorial es esencial para fomentar procesos de desarrollo rural más inclusivos y equitativos.
FAO y CEPAL están trabajando de manera conjunta con otros actores para profundizar en la identificación y caracterización de los principales territorios de origen para la construcción de propuestas de desarrollo rural, aprovechando su amplia experiencia en la dinamización económica territorial y el cierre de brechas en materia de inversión, género, productividad, conectividad, calidad educativa, entre otras.
Los participantes en el taller manifestaron también su disposición para acompañar a los diferentes gobiernos y organizaciones en la construcción de políticas públicas que tengan en cuenta toda esta complejidad y que sean capaces de potenciar los efectos positivos de la migración, no solo minimizando los negativos sino más importante aún, generando las condiciones y las oportunidades para que migrar sea efectivamente una opción, pero no la única opción.