La malnutrición, en el punto de mira: FAO

01 de diciembre de 2016, Roma – Responder ante el impacto creciente de la malnutrición en la salud pública y el desarrollo económico -con un coste estimado de 3,5 billones de dólares anuales- con un cambio hacia dietas y sistemas alimentarios más saludables, es el objetivo que centra una reunión de alto nivel que comenzó hoy en la sede de la FAO.
El Simposio Internacional sobre Sistemas Alimentarios Sostenibles a favor de unas Dietas Saludables y de la Mejora de la Nutrición (1-2 de diciembre) analiza los desafíos y los éxitos en diversos países y pone de manifiesto estrategias eficaces para reformular la producción, procesado y comercialización de alimentos. junto a los sistemas de venta minorista, para abordar mejor el problema de la malnutrición, que arruina la vida de miles de millones de individuos y puede atrapar a generaciones enteras en un círculo vicioso de pobreza y hambre.
Lamentando el hecho de que una de cada tres personas en el planeta sufre de alguna forma de malnutrición -ya sea subalimentación, sobrepeso u obesidad- el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, afirmó que «ningún país es inmune» a un problema cuyos «costes humanos, sociales, ambientales y económicos son abrumadores» al intervenir en la apertura de un evento organizado conjuntamente por la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Graziano da Silva se comprometió a que la FAO ayudará a los países «a adoptar una estrategia de sistemas alimentarios que aborde todas las etapas de la cadena alimentaria: desde la producción y procesado hasta la comercialización y el consumo».
«La nutrición debe ser considerada una cuestión pública, una responsabilidad del Estado», dijo, añadiendo que «los consumidores deben estar empoderados para elegir dietas y alimentos saludables» con medidas de protección social sensibles a la nutrición, educación nutricional y un etiquetado y publicidad efectivos y precisos.
Los gobiernos deberían fomentar la diversificación agrícola, mejorar la gestión post-cosecha, facilitar el acceso a los mercados a los campesinos familiares pobres y garantizar la inocuidad alimentaria, declaró.
El Director General de la FAO anunció también que el Rey Letsie III de Lesotho será nuevo Embajador Especial para la Nutrición de la FAO.
Prometiendo asumir ese papel con energía y pasión, el Rey Letsie valoró el hecho de que la nutrición figura ahora firmemente en la agenda global. Teniendo en cuenta que en África tan sólo hace unos años, «la nutrición no era una prioridad en los debates, y mucho menos para la inversión», ahora «las cosas han cambiado a mejor».
El monarca africano instó a los participantes del simposio a no perder impulso: «recordemos todos la correlación positiva entre la nutrición y el desarrollo socioeconómico de las naciones. Son individuos bien alimentados y bien nutridos los que pueden impulsar las agendas de desarrollo económico de sus países «.
Letsie ya desempeña ya un papel activo promoviendo una mejor alimentación como «Campeón para la Nutrición» de la Unión Africana. Ahora se une en su papel a la Reina Letizia de España, que participa también en el simposio como Embajadora Especial de la FAO para la Nutrición.
Francesco Branca, Director del Departamento de Nutrición para la Salud y el Desarrollo de la OMS, intervino en nombre de la Directora General de la OMS, Margaret Chan. «La nutrición es un desafío para todos los países. Ya se trate de retraso del crecimiento, emaciación, anemia u obesidad, ningún país está exento. Con los Objetivos de Desarrollo Sostenible nos hemos comprometido a poner fin a todas las formas de malnutrición para 2030», indicó Chan en su mensaje a los participantes en el evento.
«Con el excelente liderazgo de muchos Estados Miembros -añadió- la energía de la sociedad civil y el espíritu emprendedor del sector privado, podemos lograr colectivamente en poco tiempo una enorme mejora de los sistemas y del entorno alimentario, en beneficio de la nutrición de todos».
La ministra italiana de Salud, Beatrice Lorenzin -que presidió el simposio-, observó en su intervención que «los alimentos no son sólo nuestra fuente más básica y fundamental de energía, sino que nos puede sanar: una buena nutrición puede ser nuestra principal arma frente las enfermedades crónicas y no transmisibles».
Lorenzin abogó por programas educativos que enseñen no sólo el valor de comer bien, sino también los de culturas y tradiciones alimentarias que apoyan una vida saludable, como la dieta mediterránea, e instó a la innovación y a la inversión para mejorar la nutrición en los sistemas agrícolas y alimentarios, así como a la creación de observatorios nacionales de nutrición para el seguimiento de los avances en las áreas de mejora seleccionadas.
Desafíos complejos y superpuestos
Hoy en día casi 800 millones de personas son víctimas del hambre crónica, lo que significa que son incapaces de consumir regularmente el nivel mínimo de energía alimentaria necesaria para mantener un estilo de vida activo.
Pero la malnutrición abarca más que la falta de calorías; incluye igualmente las carencias de micronutrientes, el sobrepeso y la obesidad. Las dietas inadecuadas están vinculadas a diversos problemas de salud y pueden perpetuar la pobreza y frenar el desarrollo económico.
Más de 2 000 millones de personas en el planeta sufren carencias de micronutrientes que afectan a su salud, y se estima que 150 millones de niños menores de 5 años tienen retraso del crecimiento debido a dietas inadecuadas. Al mismo tiempo, 1 900 millones de personas padecen sobrepeso, de las cuales 600 millones están clasificadas como obesas.
Y los desafíos nutricionales de hoy en día son complejos ya menudo se solapan: personas de una misma comunidad pueden padecer hambre, falta de micronutrientes y obesidad.
Impulso para avanzar
En abril de 2016, la ONU declaró el inicio de un «Decenio de acción sobre la nutrición» para ofrecer un paraguas bajo el cual diversos actores puedan colaborar para cumplir con los compromisos asumidos en la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2) de 2014 y cumplir los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que los países miembros de las Naciones Unidas adoptaron el año pasado.
La nutrición se encuentra fuertemente anclada en los ODS: de hecho, el ODS2 pide no sólo la erradicación del hambre, sino también de la malnutrición, «en todas sus formas».
Con el objetivo de estimular el progreso hacia estos objetivos, durante las jornadas del simposio se ofrecerá a responsables de políticas y parlamentarios, expertos en salud y nutrición gubernamentales y del sector privado, profesionales del desarrollo y otros interesados la oportunidad de explorar en profundidad cómo pueden transformarse los sistemas alimentarios para proporcionar una mejor nutrición a toda la población.