• Habiendo transcurrido siete meses de este año, los productores lecheros “no saben a qué tirarle”

Han transcurrido más de siete meses del presente año y seguimos trabajando en el esquema ‘costumbrista’ de desarrollo lechero. “Si productores y gobierno federal aspiramos a alcanzar la meta de autosuficiencia alimentaria, nuestra tarea conjunta “debería estar en función de un gran plan que integre estrategias productivas, inversiones de corto y mediano plazo, infraestructura, renovación de hatos, alternativas para la industria, precios competitivos y seguridad comercial”, señaló Álvaro González Muñoz.

El presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, puntualizó la necesidad de emprender un plan integral de impulso a la producción e industrialización de leche, empezando por “quitar el velo al T-MEC” respecto de los cupos de importación de leche y sus derivados, a fin de que los productores nacionales “sepamos a qué tirarle en una actividad muy sensible de ser convertida en ‘moneda de cambio’ a la hora de firmar tratados comerciales internacionales”.

Existe una incomprensión e injusticia en la relación entre productores de leche, la industria de lácteos y el gobierno federal. “El simple paso de entrega de leche del productor a la industria, a un precio de 8.20 pesos el litro, al consumidor le llega hasta a 20 pesos el litro o más. La diferencia es superior al 50 por ciento en las ganancias, de las cuales el productor lechero recibe nada”, dijo Álvaro González.

Esto ha ocurrido en los últimos meses, también. “El aumento al precio del litro de leche que autorizó la actual administración a través de la empresa LICONSA –que es referencia a la que se ajusta la industria—a un tope de 8.20 pesos el litro, se ha nulificado por incrementos de precios de los insumos”, señaló el dirigente Álvaro González.

Los pequeños y medianos productores de leche, que representamos el 80 por ciento de los ganaderos dedicados a la actividad a nivel nacional, utilizamos al maíz, trigo, soya y algunos esquilmos agrícolas, como alimento fundamental de nuestras vacas lecheras. Esto resulta a más altos costos comparados con los que pueden hacerlo con pastos.

Los productores de leche aceptamos el reto de competir con desiguales en el contexto regional; es decir, con EU y Canadá, “con el resultado de que triunfamos en el sentido de no desaparecer totalmente. Solamente dejaron de operar más de 600 mil pequeñas unidades lecheras y sobrevivimos 150 mil”, señaló González Muñoz en un contrasentido.

En un tiempo cercano a los 25 años, coincidente con el periodo del TLCAN, los pequeños y medianos productores logramos que nuestras vacas aumentaran su productividad en 15 litros más por día.

Evaluaciones que hemos hecho, nos indican que este esfuerzo representa en la actualidad 300 kilos más por año en sólidos, con un valor comercial de 21 mil pesos por vaca. Estos beneficios los recibe, en su mayor parte, la industria, porque hipotéticamente existe un precio autorizado por 8.20 pesos el litro, pero entonces entran las ‘malditas normas de calidad’, cuya aplicación es capaz de bajar ese precio hasta a 5.00 pesos/litro.

Esta reducción significa un abuso más de parte de la industria hacia los pequeños productores. Indica también que el costo de producción supera en al menos en tres pesos, al precio que reciben los ganaderos lecheros. “Se aprovechan del eslabón más débil de la cadena, que es el productivo”, señaló.

“En el supuesto de que la industria pagara un peso menos por litro, respecto del autorizado de 8.20 pesos, tendría un regalo, una donación por cerca de 12 mil millones de pesos, que es la cantidad de leche que se produce en el país anualmente; pero son tres pesos, no uno”, afirmó Álvaro González Muñoz.