A través de la cooperación técnica entre México y Nicaragua, con la facilitación de la FAO, pescadores de langosta del país centroamericano adoptan métodos seguros de captura en la Región Autónoma Caribe Norte.Ciudad de México, 14 de enero de 2019. Moisés Escobar Ruiz, buzo de Puerto Cabezas, Nicaragua, ya no arriesga su vida al sumergirse a grandes profundidades para atrapar las langostas con las que mantiene a su familia, ahora con nuevas técnicas y dispositivos como las trampas plegables y refugios artificiales, que aprendió de pescadores de Quintana Roo y Yucatán, puede hacer buceo a pulmón, en aguas menos profundas y con menos riesgos.

Este intercambio de experiencias forma parte del Programa de Transformación Tecnológica de la Pesca de Langosta en el Caribe Norte de Nicaragua, que es implementado por el Instituto Nicaragüense de la Pesca y la Acuicultura (INPESCA), con la asistencia técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la colaboración del Gobierno de México.

“Anteriormente la pesca de langosta se hacía con gancho, los buzos lo practicaban y tenían que sumergirse muy profundo, para lo que empleaban compresores de aire defectuosos que causaban muchos accidentes de buceo”, comenta Ercito Alberto Brooks, Líder Pescador en Cayos Diamond Spot.

En la pesca de la langosta, según datos del INPESCA, se emplean en la Región Autónoma Caribe Norte alrededor de 9 200 personas de las cuales 2 390 son buzos.

Por ello el Gobierno de Nicaragua solicitó a la FAO, el acompañamiento técnico para elaborar una estrategia destinada a reducir el número de accidentes de buceo en la pesca, analizando al mismo tiempo oportunidades para mejorar la sostenibilidad de la pesca de langosta en el país.

La FAO facilitó un programa de cooperación Sur-Sur con el Instituto Nacional de la Pesca y Acuicultura de México (INAPESCA), la Cooperativa Vigía Chico de Punta Allen, Quintana Roo y la Federación de Cooperativas Centro-Poniente de Yucatán, que consistió en misiones de intercambio de técnicas de pesca, cursos de capacitación práctica y proyectos piloto.

Treinta pescadores nicaragüenses trabajaron durante dos semanas con sus contrapartes mexicanos para aprender a armar y hacer funcionar dispositivos de agregación de langostas que pueden utilizarse en aguas menos profundas, así como las trampas plegables de uso local y fueron asesorados acerca de la selección de sitios para colocarlas.

Con recomendaciones técnicas de la FAO y diversas medidas adoptadas por las autoridades nicaragüenses de la pesca, los pescadores locales han incrementado sus exportaciones e ingresos en un 40% y, aún más importante, se han reducido en un 40% los accidentes fatales asociados con prácticas inseguras en la pesca de langosta.

“Ahora ya no arriesgamos nuestras vidas en las profundidades y tenemos alternativas de trabajo”, finaliza Moisés.