Por: Yolanda Hernández Escorcia

La presencia de glifosato, molinato y picloran, agentes químicos cancerígenos hallados en la orina y sangre de niños en el municipio de Autlán de Navarro en el estado de Jalisco, abrió la discusión en varios sectores, sobre la urgencia de atender a la brevedad posible este problema de salud y endurecer la legislación sobre el uso de plaguicidas y pesticidas agrícolas, prohibidos desde hace mucho en otras naciones.

Los daños presentes en los menores, van desde distintos tipos de cáncer, daño renal y otras enfermedades asociadas al contacto con estos plaguicidas, principalmente al Glifosato, creado por la trasnacional Monsanto hoy perteneciente a Bayer, y considerado por la propia Organización Mundial de la Salud como un herbicida potencialmente cancerígeno para los humanos que mantienen contacto con este.

Preocupados por esta situación y ante la denuncia de los padres de familia, el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y de la Universidad de Guadalajara (UdeG), realizaron los estudios clínicos en la orina de niños de kínder, primaria y de la Telesecundaria Venustiano Carranza de este municipio.

Los resultados de los análisis clínicos arrojaron que el Glifosato, 2,4-D, Molinato y Picloram, estuvieron presentes en las muestras de 93 niños, de 3 a 15 años de edad, así como en el 100 por ciento de los adolescentes de la telesecundaria que resultaron con rastros de pesticidas en su organismo.

Una de esas investigaciones, denominada “Causas de Insuficiencia Renal en Niños de Preescolar y Primaria de la Comunidad de El Mentidero” y realizado por científicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología (CIESAS), confirmó presencia de plaguicidas tóxicos en sangre y orina del 100% de niñas y niños diagnosticados en la comunidad de Ahuacapán y El Mentidero, ambos del municipio de Autlán de Navarro.

Previamente, alumnos de la secundaria “Venustiano Carranza”, también en El Mentidero, manifestaron en múltiples ocasiones dolor de cabeza, irritación de ojos y vómito a causa de que a las 10 de la mañana, en su hora de desayuno, se rociaban cada tercer día al menos seis plaguicidas en un cultivo de pepino aledaño.

El estudio de los especialistas también incluyó a 178 niños de la primaria “José María Morelos” y a un preescolar ubicado en El Mentidero, en cuya orina también se detectaron al menos uno de diez variedades de plaguicidas con contenido común de glifosato o molinato.  Lo mismo sucedió con 103 niños de preescolar y primaria En Ahucapán, también en el municipio de Autlán, a quienes se detectaron 12 plaguicidas distintos.

El herbicida hormonal 2,4-D se encarga de regular la maleza de los plantíos y es catalogado como “moderadamente peligroso”; asimismo es señalado como un posible carcinógeno. El pesticida Molinato es empleado para el control de las especies vegetales invasoras de hoja ancha. Por su alto grado de toxicidad este químico podría generar daño fetal en las mujeres embarazadas que mantengan contacto.

Mientras que el Picloram es utilizado para evitar la propagación de maleza en los cultivos. Según la Universidad de Costa Rica, es un potencial causante de enfermedades renales, hepáticas, así como cancerígeno a raíz de la alta exposición.

La diputada del Partido de la Revolución Democrática, Mónica Almeida, hizo un llamado urgente a las autoridades de los tres niveles de gobierno para aplicar las leyes y normas y actuar a la brevedad para ayudar a revertir los daños ocasionados a la salud de la  población infantil y al resto de la población.

Almeida López  puso a consideración del pleno de legisladores integrantes de esta Cámara, Almeida López fundamentó su requerimiento sobre la base de reportes médicos, investigaciones y quejas de padres de familia sobre el inusitado aumento de malestares y enfermedades entre niñas, niños y adolescentes de la zona.

La parlamentaria perredista igualmente solicitó la intervención de la Cámara de Diputados para que exhorte a los gobiernos federal, estatal y municipal a emitir las medidas cautelares y acciones jurídicas para garantizar que lo anterior ocurra, lo mismo que la protección del medio ambiente, ya que la fauna y flora de la zona es también agredida por el uso desmedido de químicos en la agricultura.

No es la primera vez que se reporta este tipo de situaciones en Jalisco donde se  pone en juego la salud de la población por agentes contaminantes, en 2017 en las comunidades de Agua Caliente y San Pedro Itzican, ubicadas en la Riviera de Chapala, padecieron un alto grado de contaminación que generó daños renales hasta en el 50% de la población.