3 octubre, 2024

* Inseparables amigos, unidos para siempre

Una historia de amistad que inició hace unos 20 mil años, cuando el ser humano se percató de su utilidad, de que lo podía proteger de otros depredadores igual a él, y sobre todo para defensa de su territorio mismo.

Así lo explica el catedrático Raúl Valadez Azúa, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el número 564 de UNAMirada a la Ciencia.

Explica que el proceso de domesticación de la especie es más complejo de que lo en un inicio se piensa. “Algunos creen que el hombre antiguo tomó al lobo, lo amansó y que al cabo de unas pocas generaciones fue seleccionando a los ejemplares hasta que obtuvo perros, también se cree que el hombre con sus habilidades culturales bien desarrolladas integró a los canes a sus sociedades”.

El investigador refiere que estudios recientes estiman que aproximadamente hace unos 100 mil años algunas poblaciones de lobos, tomaron un camino evolutivo diferente que daría origen al perro.

“Es importante precisar que en ese momento el Homo sapiens, aún no había salido del continente africano y las diversas especies de hombres que había no tenían las habilidades para la selección y manipulación de organismos”.

Para el especialista, ello significa que al menos los primeros pasos necesarios para que se originara el perro, sucedieron sin la participación consciente de los humanos. “El elemento clave en ese proceso evolutivo fue la tolerancia que tuvieron algunos lobos a la presencia humana, el hombre en ese entonces solo alternaba y contaminaba el ambiente”.

La presencia del lobo data de la edad de hielo, y en el caso de los caninos, el más antiguo del que se tiene noticia se encontró en una cueva en la cordillera de Altai, al sur de Siberia, se estima que tiene una antigüedad de aproximadamente 32,500 años. Y los estudios de biología molecular y morfología han revelado que realmente se trata de un perro, aunque, en ese lugar prácticamente no hay evidencia de presencia humana.

Para investigadores como Raúl Valadez, el clima pudo ser un factor importante en el proceso de conservación de poblaciones de lobos a perros. Antes incluso de la época en que vivió el perro de Altai, ocurrió la fase glaciar Weichselian que se inició en Euroasia hace 74 mil años, un periodo en que el clima se va haciendo cada vez más y más frío.

De acuerdo al investigador, Valadez Azúa, en UNAMirada a la Ciencia, “a medida que las condiciones ambientales se hicieron más críticas, éstas jugaron un papel fundamental en la relación de perros y hombres, ya que las presiones para sobrevivir pudieron llevar a nuevas pautas de comportamiento como perder el  miedo a acercarse al fuego o merodear a pocos metros de las cuevas esperando encontrar un hueso o trozo de alimento”.

Raúl Valadez, refiere que aproximadamente hace 20 mil años, cuando ocurrió la fase más cruda del periodo glaciar, esos perros primitivos vivieron momentos difíciles que los pusieron a borde la extinción y sobrevivieron aquellos individuos aún más tolerantes y más ligados al ámbito humano, ahora como animales protodomésticos.

La diferencia del lobo con el perro es mínima, en un comparativo el lobo gris comparte el 98.8 de su material, genético con los canes. Y hoy en día, el perro es la especie doméstica más popular del planeta.

Una amistad perdurable, inseparable y en ocasiones entrañable, establecida por miles de años entre el hombre y la especia canina, aunque por el maltrato que recibe debería tenerle miedo a los  mismos que le enseñaron a atacar en situación de estrés.

Hay quienes pueden llegar a pensar que habría sido mejor que el lobo, mantuviera como hace millones de años evitar su confrontación con el hombre y atacarlo en casos forzosos, que el de su proceso evolutivo, ante el mal trato que generalmente recibe por la especia humana.

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