*Cassio Luiselli Fernández.

Ciudad de México a 15 de diciembre de 2015.- El cambio climático, y sus atenuantes –principalmente la posibilidad de un acuerdo global para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)- es un tópico principal en la prensa en estos momentos, dada la realización en París de la 21ª Conferencia de las Partes (COP 21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, del 8 al 10 de diciembre.

El tema no es ajeno de forma alguna al trabajo que viene desarrollando el Grupo Diálogo Rural (GDR) de México desde su primera etapa 2010-12 y en la etapa actual, iniciada en diciembre de 2014 y en la cual precisamente una de sus cinco Comisiones, la de Presupuesto Rural, ha hecho un énfasis en la necesidad de impulsar políticas y recursos públicos para apuntalar a la pequeña y mediana agricultura.

 ¿Cómo se enlazan los temas de cambio climático y pequeña agricultura?

Por un lado, ocurre que a escala global, el sector agropecuario y forestal contribuye a un estimado de entre 17% y 32% de todas las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) producidas por el ser humano. Este sector genera entre 8.5 y 16.5 mil millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2s) y es destacable el hecho de que el uso masivo de fertilizantes en la agricultura industrial es uno de los factores que más aportan a los GEI.

De acuerdo con datos de Greenpeace, “más de 50% de todos los fertilizantes aplicados a los suelos se dispersa en el aire o acaba en los mantos freáticos. Uno de los GEI más potentes es el óxido nitroso, con un potencial de producción de calentamiento global 296 veces mayor que el CO2”.

Por otro lado, el impulso que el GDR da a la pequeña agricultura tiene que ver en principio con un asunto de justicia social y de sentido común –pues casi 68% de las unidades de producción en México son predios menores a cinco hectáreas y han estado marginadas de los apoyos públicos productivos; se les considera más bien objeto de apoyos asistencialistas.

Pero no sólo eso. Este tipo de agricultura, asentada tan sólo en 16.9% de la superficie laborable del país, aplica métodos más racionales y amigables con el medio ambiente que la agricultura industrial, y lejos de contribuir al cambio climático, representa una herramienta para mantener la diversidad biológica; para resguardar los recursos naturales; para ofrecer los principales alimentos de la dieta nacional (los de la milpa, con el maíz al centro), y para dar empleo, pues 56.8% del empleo agrícola está contratado allí, entre otras virtudes.

Los retos que impone el cambio climático no son poca cosa.

El Reporte Mexicano de Cambio Climático (elaborado por más de cien académicos de 60 universidades del país y que se ha hecho público en el marco de la cumbre de París) advierte que ya más de la mitad de los municipios de México y 46% de la población nacional padece los efectos el cambio climático. La afectación ocurre sobre todo en las zonas costeras y áreas aledañas, debido a la incidencia agudizada de huracanes y tormentas tropicales, aumento del nivel del mar, inundaciones, cambios de salinidad y acidificación de los océanos, entre otros factores.

Esta visión se complementa con la expresada precisamente en París por el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, en el sentido de que el cambio climático propicia en el mundo que los agricultores familiares (de pequeña escala) pobres estén siendo expulsados de sus tierras por sequías prolongadas y las comunidades pesqueras estén perdiendo sus hogares debido a la subida del nivel del mar.

El enfoque del GDR de visibilizar las importancia de la producción agrícola familiar, o de pequeña y mediana escala, y cabildear para que sea insertada en los planes de política pública de fomento productivo es sin duda una contribución social, que en la medida que escale permitirá dignificar el sentido de los subsidios rurales en México, pero también será un aporte, un granito de arena, para avanzar en los objetivos de la COP21.

 

*Secretario Técnico del Grupo Diálogo Rural (GDR) de México