• Explicó que desde el momento en que se dio inicio al Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, los campesinos se han quedado con pocas posibilidades de competir, debido a la importación de granos.

La crisis histórica de miseria y abandono que azota al campo mexicano se agudizó con la entrada del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), que en poco más de 20 años de su puesta en vigor, le ha costado a nuestro país alrededor de un millón y medio de empleos agrícolas, aseguró el diputado Jesús Serrano Lora.

En reunión con productores de hortalizas del Estado de Hidalgo, el integrante del Grupo Parlamentario de Morena expuso que la eliminación de aranceles comerciales, la importación de granos procedentes de Estados Unidos y la disminución de los apoyos del Gobierno Federal a la actividad agrícola, han sido los verdugos del campo.

“Mientras México disminuyó las inversiones y los subsidios a los agricultores, abrió de manera indiscriminada la puerta a las importaciones de maíz y otros granos procedentes de Estados Unidos, dejando a los campesinos sin posibilidades de competir”, puntualizó.

El también presidente de la Comisión de la Reforma Agraria de la Cámara de Diputados opinó que desde el momento en que la empresa Ford Motor Company canceló la inversión de mil 600 millones de dólares prácticamente se inició el proceso de desmantelamiento del TLCAN.

“La razón de ser del intercambio comercial entre las tres naciones integrantes del mecanismo, era el de eliminar barreras comerciales, aumentar las oportunidades de inversión, establecer procedimientos para la resolución de disputas comerciales y aumentar la competitividad conjunta para hacer frente a las condiciones del mercado global, sin embargo, pasaron a ser letra muerta”, agregó Serrano Lora.

El legislador reiteró que la incierta situación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, abre una oportunidad en nuestro país para que los legisladores de todos los partidos promuevan las leyes y apoyos económicos para un sector que ya no aguanta más miseria y abandono.

“El deterioro del suelo, la deforestación, el desempleo y la destrucción del tejido comunitario, son consecuencia de las malas políticas del Gobierno Federal en el agro mexicano y de un interés por favorecer a las grandes corporaciones”, concluyó