FOTO: Yolanda Hernández, Méxicampo

 Yolanda Hernández Escorcia

Al menos 300 personas que se dedicaban a la producción y comercialización de arroz en el Estado de Morelos, se encuentran sin empleo y enfrentan cartera vencida con la banca por cinco millones de pesos, situación que les impidió incrementar su producción este año y reparar, en su totalidad, las instalaciones del Molino de Arroz San José de Jojutla, sus bodegas y oficinas administrativas, que resultaron afectadas por el sismo del 19 de septiembre del 2017 y las inundaciones registradas el pasado mes de junio .

Durante un recorrido con el presidente de la Unión de Productores de Arroz del Estado de Morelos A.C., Jesús Solís Alvarado, Mexicampo constató los daños registrados en su principal centro de trabajo, los cuales ya han sido reparados en un 80 por ciento.

El optimismo de Solís Alvarado, es contundente al expresar: “Ya para que quejarnos, lo que pasó ya pasó, Dios nos dio otra oportunidad de cambiar y ahora lo que debemos hacer es adaptarnos a estos cambios y trabajar muy duro para volver a recuperar nuestra producción”.

Para el 2018, estima que sólo producirán 6.800 toneladas del grano, en una superficie de 700 hectáreas, mientras que en 2017 la producción del grano alcanzó las 7,500 toneladas con una superficie cultivada en 760 hectáreas.

Se dice fácil, pero comenta con un dejo de melancolía; “hace un año vimos caer nuestra fuente de trabajo e ingreso, ya que se perdieron miles de toneladas de cosecha, se afectaron nuestras tierras de cultivo, el molino, la maquinaria y los centros de trabajo”.

Los fenómenos naturales registrados, no sólo provocaron un quebranto económico por 30 millones de pesos, 15 en materia prima y 15 en infraestructura, sino también se perdieron   300 fuentes de empleo que afectaron a más de 700 familias arroceras.

Aunado al impacto físico y material que provocaron los sismos, la lluvia del pasado mes de junio se coló por uno de los grandes boquetes, que aún se ven en la pared de este antiguo molino e inundo sus bodegas dañado varias toneladas de arroz que ahí se encontraban y que aún permanecen ahí en espera de ser removidas para enviarlas al desecho.  

El líder arrocero explicó que, por ahora su principal problema, es la cartera vencida, tanto con la banca comercial como con Financiera Rural, con la primera su deuda es por millón y medio de pesos, mientras que con la banca de desarrollo el monto es por tres y medio millones.

Y aunque reconoce que son bajos los intereses uno del 9.5 y el otro de 7 por ciento anual, se encuentran en buro de crédito, lo que les impide acceder a nuevos créditos a fin de poder emprender su actividad agrícola.  Asegura que el punto es que los bancos, no van prestar debido a que, en el caso del molino, su capacidad por ahora del 60 por ciento.

Orgulloso de la alta calidad de su producto, el cual es cultivado de manera artesanal, destaca que el arroz del Estado de Morelos, cuenta con Denominación de Origen que les fue otorgada en 2012 con el objetivo de proteger la planta, la semilla y el grano de este cereal, y que les da la posibilidad de competir con los mercados de arroz más grandes del mundo. 

Este hecho es muy relevante ya que se establece la diferencia con otros arroces, se garantiza la calidad, beneficia la cadena productiva y otorga reconocimiento internacional, aspectos necesarios para continuar con el desarrollo de esta actividad agrícola en la región.

Recuperar sus niveles de producción que tenían años atrás, es por ahora uno de sus principales propósitos, y para ello ya están trabajando. En 2016 su producción alcanzó las 15 mil toneladas y ya contaban con clientes en Estados Unidos y Suiza, pero la situación se complicó con el sismo del 2017 y el cierre por problemas financieros de uno de los cuatro molinos registrados en la Denominación de Origen.

Jesús Solis reconoce que otro problema que enfrentan por ahora, es el de la inocuidad. “Meses antes del terremoto ya teníamos un proyecto de tres millones de pesos, se viene el sismo y hoy el problema se resuelve con 25 millones de pesos, y se obtiene el Sello de Certificación de la Denominación de Origen que lleva 6 años en trámite” añade.

Respecto a los cambios que se avecinan con el nuevo gobierno, Solis Alvarado considera que traen una muy buena visión, porque para cada estado habrá un ingreso objetivo o precio de garantía para sus cultivos. “Lo están regionalizando, de acuerdo a sus necesidades, están haciendo el estudio y tomando en cuenta a los productores y en base a eso definir lo que será el precio de garantía”.

Finalmente concluye, “…esperamos salir adelante, una vez que los trabajos de reconstrucción del molino se hayan concluido y nos pongamos muy duro a trabajar  todos para buscar estrategias y mercados dentro y fuera del país”.