Ciudad de México a 21 de mayo de 2019.– En el país el 74 por ciento de los mexicanos que nacen en condiciones de mayor desventaja, no logran superar la pobreza, una nación con claroscuros, donde en el sur, 86 de cada 100 mexicanos de hogares más pobres no logran superar la condición de pobreza, mientras que en el norte la población con el mismo origen presenta una posibilidad tres veces mayor de superarla.

El Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). levantó la Encuesta ESRU de Movilidad Social en México (ESRU-EMOVI), la cual concluyó de realizar en el último trimestre de 2017, como cada seis años, con el fin de identificar el peso de las condiciones de origen de las personas en sus opciones de desarrollo.

Con un enfoque territorial, el levantamiento permitió por primera vez en el país, medir la movilidad social a nivel nacional y por regiones. El Informe, identifica la forma en la que el acceso a las oportunidades determina la movilidad social en México.

Se muestra que la movilidad social aún es baja: 74 de cada 100 personas que nacen en la parte más baja de la escalera social, no logran superar la condición de pobreza.

A nivel regional, México es un país de fuertes contrastes, con claroscuros que van del norte hacia el sur: 86 de cada 100 mexicanos nacidos en los hogares más pobres no logran superar la condición de pobreza, en el norte, la proporción es de 54 de cada 100. Ello quiere decir, que para esta población, la posibilidad de superar la pobreza en el norte es tres veces mayor que en el sur.

Detrás de la baja movilidad social a nivel nacional y en regiones como el sur, se encuentra la desigualdad de oportunidades: 48 por ciento de la desigualdad económica se debe a que no todos los mexicanos tienen las mismas oportunidades. En particular, en el sur, estas resultan insuficientes.

Desde la perspectiva de género, existen diferencias en la movilidad social de mujeres y hombres. Aun con condiciones similares de origen, una menor proporción de mujeres que de hombres que nace en la parte más baja de la escalara social, tiene la posibilidad de superar la pobreza.

Además, hay que sumar el hecho de que las mujeres nacidas en la parte más alta de la escalera social enfrentan mayor riesgo de descenso. Una posible explicación se encuentra en las limitadas opciones que tienen las mujeres de participación económica.

Mientras el 82 por ciento de los hombres participan en el mercado laboral, entre las mujeres ese porcentaje es de 43 por ciento, y desciende hasta 36 por ciento cuando tienen hijos menores de 6 años.

Ante todo este panorama, el director ejecutivo del CEEY, Roberto Vélez, señaló que sin igualdad de oportunidades, no importa cuán grandes sean los esfuerzos de quienes nacen en situaciones de mayor desventaja, sus posibilidades de mejora serán limitadas.

Por lo tanto, afirmó el titular del CEEY, el Estado mexicano debe priorizar su acción en ampliar e igualar las oportunidades de las personas para lograr mayor movilidad social.

Refirió que se requiere una serie de mecanismos de acción pública con cobertura universal e igual calidad para todos los mexicanos en los ámbitos de educación, salud, trabajo y protección social, partiendo de una reforma a la hacienda pública que garantice su financiamiento y sostenibilidad de generación en generación. Recomendó que se debe incorporar un enfoque territorial y regional. (Redacción MEXICAMPO).