José Antonio Molina Farro

«La miseria de nuestras biografías confecciona la miseria de nuestras políticas”. Silva-Herzog M.

En diciembre de 2018 el gobierno de Chiapas recibió una entidad con un decrecimiento del PIB de -2.2 por ciento, y una descomunal deuda pública que, en su mayor parte, se originó en el gobierno de Juan Sabines Guerrero. Un Chiapas indignado y agraviado por lustros de estancamiento, descrédito institucional, deterioro de la calidad de vida y del medio ambiente, corrupción, impunidad, exclusión y una pobreza insultante, asimetrías regionales y una alta concentración de la riqueza social. La impotencia, cinismo y hartazgo social por la frivolidad y la prepotencia en las decisiones del poder, empujaron el arribo de una opción política diferente.

Rutilio no puede defraudar, su legitimidad es incuestionable. Ha transcurrido un año y escasos meses. Es la hora de reacomodos en áreas muy puntuales de la administración pública, y responder con eficacia a las necesidades más sentidas de la población. No tengo duda, hay áreas sustantivas que no caminan con la prontitud y eficacia que la sociedad, siempre adelante, espera y demanda de su gobernante.

¿Acaso alguien duda de la necesidad de tener a servidores públicos sin complejos, con la personalidad, empaque y conocimientos para gestionar con sus pares de la Federación más recursos para Chiapas? Y vaya que hay razones. Barclays recortó su pronóstico de crecimiento para México de 0.5 a -2%, en 2020, Mooddy´s pronostica -2.3%, Bank of américa la bajó a 0.1%, el FMI, el Banco de México y el Banco Mundial han revisado a la baja las expectativas; para colmo, el barril de petróleo por los suelos.

El jueves pasado el titular de Hacienda reconoció que el coronavirus tendrá un “impacto mayor” en la economía nacional. De ocurrir estas ominosas predicciones los efectos serán devastadores en sectores como el turismo, la manufactura y los servicios, con un encadenamiento en otros. Según empresarios del sector financiero la crisis por venir “puede ser del tamaño de la que tuvimos hace 11 años con las hipotecas subprime o peor”.

En Chiapas el impacto sería de proporciones muy preocupantes, pues la economía caería a niveles no experimentados en décadas, muy superiores al promedio nacional. AMLO ha dicho que el sector privado soportará el crecimiento del país. Véase el Acuerdo Nacional de Infraestructura del Sector Privado, con una inversión prevista de aproximadamente 860 mil millones de pesos. Para ello, hay que mandar señales inequívocas y generar condiciones muy claras de confianza y certidumbre.

Para contrarrestar la caída el Secretario de Hacienda esbozó algunas medidas, tales como abrir líneas de crédito de la banca de desarrollo y periodos de gracia para deudores, así como reducir el superávit primario para fortalecer infraestructura. Chiapas no puede esperar la creación de un consejo de reactivación económica incluyente y plural, que sesione diariamente, como hoy se hace en materia de seguridad, así como evaluar permanentemente las responsabilidades de los Secretarios; focalizar inversiones con un efecto multiplicador, estímulos temporales a la inversión y el empleo, fortalecer la unidad estructural y operativa de la administración pública, así como combatir la evasión fiscal.

Hay otros retos inmediatos que por razones de espacio no voy a enumerar. Rutilio ya advirtió que hay funcionarios que no trabajan a su ritmo. Trascendió que conminó a los funcionarios a que “ya se pongan a trabajar”, “dejen de distraerse” y “le cumplan a Chiapas”. No sería la primera vez. El gobernador tiene el olfato, la intuición y los reflejos para responder a la emergencia. La gente votó por más democracia, pero también por más eficacia, lo sabe. La ineficiencia es también una forma de corrupción.

En tiempos de crisis se premia la congruencia, la honestidad, la experiencia, la claridad de pensamiento y la firme determinación. Se castigan la indolencia, la incompetencia, la opacidad, la ambigüedad y el engaño. La sociedad quiere más apertura y más comunicación abierta y franca con la ciudadanía. El ejercicio del poder fortalece o debilita la legitimidad del gobernante.

La precariedad financiera ha representado un fuerte obstáculo. Las cifras del Inegi son elocuentes en cuanto a la recesión económica de la entidad. Hay que señalar, como variable explicativa, no sólo los tremendos adeudos heredados sino que aproximadamente el 94.8 por ciento de los recursos que gasta el estado y los municipios provienen de la Federación. Chiapas es además, uno de los estados con más bajo aprovechamiento tributario. Allá por 2018 de 12 impuestos posibles tan sólo se cobraban cinco.

Por su parte, por esas mismas fechas había 3,355 millones de pesos en adeudos por laudos laborales y 7, 391 demandas que podían concluir en laudos condenatorios. Los empleos formales generados en 2019 distan mucho de los requeridos, en cantidad y calidad, por la alta demanda laboral.

Por último. Para ser eficaz una política económica requiere de dos condiciones: Un aparato técnico-administrativo eficiente y un alto grado de credibilidad pública en las estructuras del Estado.