Hometecnologíatic bötsi ño, propuesta para rescatar el otomí
Por Israel Pérez Valencia
Santiago de Querétaro, Querétaro. 19 de octubre de 2018En la lengua otomí —o hñähñu—, las palabras bötsi ño significan “niños hablantes”, pero además, le dan nombre a un proyecto que, mediante una propuesta tecnológica y una artesanía tradicional, busca generar el interés en la población de mantener viva esta lengua y, al mismo tiempo, es una propuesta de desarrollo para las comunidades indígenas de la entidad queretana.
«Juguetes interactivos de la región otomí» es un proyecto de Bötsi Ño Artesanía Queretana, creado por los estudiantes indígenas del Tecnológico Nacional de México (Tecnm), campus San Juan del Río, Martín Juárez Ramírez, Daniel Margarito Cruz y Martín Gudiño Sánchez, con la asesoría de la maestra en ciencias Araceli García Arteaga y el licenciado en sistemas computacionales Domingo Rosales Álvarez, quienes utilizaron las tradicionales muñecas artesanales de Amealco de Bonfil para desarrollar un juguete que, mediante un dispositivo electrónico y una aplicación móvil, genera palabras en lengua otomí —habladas y escritas— junto con su traducción al español.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el estudiante de ingeniería en sistemas computacionales del Tecnm campus San Juan del Río y miembro del proyecto «Juguetes interactivos de la región otomí», Martín Juárez Ramírez, explicó los objetivos y alcances de esta iniciativa, así como las motivaciones para promover, mediante esta propuesta, el rescate de esta lengua materna.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo surge su inquietud de llevar a cabo este proyecto?
Martín Juárez Ramírez (MJR): Somos un grupo de jóvenes cuyo objetivo fue desarrollar una aplicación móvil para que los jóvenes y la sociedad en general puedan aprender la lengua otomí. Por otra parte, en los últimos meses la venta de las muñecas tradicionales ha crecido, principalmente porque en agosto fueron declaradas Patrimonio Cultural de Querétaro, por parte del gobierno estatal, lo que ha generado que los artesanos hayan vuelto a esta actividad que habían dejado de lado.
Nosotros provenimos de zonas indígenas, cada uno de distintas regiones, donde el factor en común es el otomí; somos de Amealco de Bonfil, de las comunidades de San Ildefonso Tultepec y Santiago Mexquititlán, así como del municipio de Tolimán. Nos dimos cuenta que, aunque la moda por las muñecas comenzó a resurgir, el otomí se seguía dejando de lado, es una lengua indígena que se está perdiendo. De ahí surgió la idea de generar un circuito que se introdujera en la muñeca para que 1-tultepc1818.jpgpronuncie palabras, y mediante una aplicación el usuario aprenda a escribir esta lengua indígena, que es lo más complicado. El prototipo consta de la muñeca que interactúa con un dispositivo móvil que realiza traducciones de las palabras que el juguete pronuncia en lengua otomí.
AIC: ¿Qué tipo de interacción tiene esta propuesta con el usuario?
MJR: El concepto que quisimos emular fue una familia, con un padre, una madre y dos pequeños hijos, donde se pudieran generar conversaciones con frases pregrabadas para el aprendizaje progresivo del otomí, a partir del conocimiento de los números, colores, días de la semana, frases y preguntas de uso común. Estamos trabajando para que interpreten también el himno nacional. Como es una aplicación, el proyecto es dinámico, se encuentra en la versión beta pero estamos trabajando para que esté disponible en un par de meses en Play Store.
AIC: ¿Qué fue lo que más les motivó a desarrollar esta iniciativa?
MJR: Nuestro objetivo es apoyar a las comunidades donde se elaboran las muñecas. Tenemos el contacto directo con los artesanos, que son nuestros vecinos y familiares, nosotros solo hacemos el dispositivo. Allá existen problemas de deserción educativa, migración y lo más grave, la pérdida de usos y costumbres, sobre todo en los jóvenes. Nosotros buscamos concientizarlos de que es importante la lengua otomí y que trabajen un producto que les represente una fuente de empleo. Por lo pronto, ya estamos en contacto con el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para generar la patente, lo que nos permitirá hacer crecer este proyecto.
AIC: ¿Qué proyección le han dado a esta iniciativa?
MJR: El proyecto lo hemos presentado en foros nacionales e internacionales, como la Expocyteq 2017, organizada por el Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Querétaro (Concyteq), que nos apoyó con el patrocinio para el desarrollo de los primeros prototipos, los circuitos y el desarrollo de investigación. Después, en febrero, participamos en el Proyecto Multimedia Ciencia y Tecnología del Infomatrix regional, donde obtuvimos la medalla de oro y el pase al evento continental, que se llevó a cabo en Guadalajara, Jalisco, donde competimos con representantes de Brasil, Perú, Colombia, Ecuador y otros equipos de México. Ahí también obtuvimos medalla de oro y la acreditación para asistir a la Feria de la Ciencia en Sevilla, España, en el mes de mayo.
Para la muñeca se está diseñando un modelo de negocio. Los tres miembros del equipo estamos trabajando en la parte técnica, pero nos estamos apoyando por compañeras del instituto, de la carrera de gestión, para determinar muy bien lo que son los costos y el mercado al que nos podemos dirigir, tanto local, estatal, nacional o hasta internacional.
AIC: ¿Cómo fue su experiencia en España?
MJR: Fue muy interesante, porque el hecho de que nosotros como indígenas pudiéramos presentar un proyecto de innovación allá en Europa y que generáramos un interés en los asistentes fue muy significativo. Varios asistentes españoles ya querían adquirir las muñecas y nos felicitaron por nuestro orgullo y motivación, como indígenas, para rescatar y preservar nuestra lengua materna. Además, hicimos contacto con universidades europeas que nos invitaron a estudiar allá. Agradecemos a nuestros padres, asesores, personal de la escuela y medios de comunicación que día a día muestran apoyo y creen en este proyecto de vida para el equipo Bötsi Ño que busca ayudar a nuestra gente otomí. (Agencia Informativa Conacyt).