21 marzo, 2025

 La preservación del amaranto, tarea estratégica: Sederec

amaranto

*En el segundo día de la feria «La alegría más grande del mundo en la CDMX», participaron destacados ponentes que hablaron sobre las propiedades del grano y alertaron acerca de los altos porcentajes de obesidad y diabetes

Ciudad de México a 21 de agosto del 2017.- La preservación del cultivo del amaranto es una tarea estratégica para garantizar el derecho a la alimentación en la Ciudad de México, así quedó de manifiesto durante el segundo día de la feria «La Alegría más grande del mundo en la Ciudad de México», organizado por la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec) y que se desarrolla en el Monumento a la Revolución.

Adriana Contreras Vera, directora general de Desarrollo  Rural, destacó la importancia del grano para la capital del país y de los apoyos que se otorgan a este sector desde el Gobierno de la CDMX, encabezado por el doctor Miguel Ángel Mancera.

La servidora pública dijo que este cereal es una alternativa alimenticia muy importante, ya que además de suplir alimentos chatarra que causan obesidad y daños a la salud, aporta a los seres humanos una importante cantidad de nutrientes.

Añadió que recientes estudios han comprobado la alta calidad y cantidad de proteínas que contiene el amaranto: tiene más del doble de proteínas que el maiz y el arroz; más del doble de lisina que el trigo; tres veces más que el maíz y tantas como las que se encuentran en la leche.

La semilla contiene una buena cantidad de sales minerales como el sodio, potasio, calcio, zinc, cobre, manganeso, níquel, hierro y vitaminas como tiamina, riboflavina, niacina y vitamina C.

Durante su ponencia Fomento al Cultivo y Consumo de Amaranto: Potenciación Chile-México, la investigadora Hiran Morán Bañuelos, indicó que el objetivo general para ambos países, es generar valor  agregado a la producción, industrialización y consumo, para otorgar nuevas alternativas de alimento saludable a la comunidad escolar.

Se trata, agregó, de promover el intercambio de experiencias en producción, procesamiento y desarrollo de prototipos de alimentos entre agricultores, transformadores, técnicos y científicos entre ambas naciones.

Un objetivo particular es definir las condiciones de cultivo que favorezcan el establecimiento de los materiales prometedores en la región metropolitana y la VI Región en Chile, porque a diferencia de México, en aquella nación no hay temporada de lluvias y el cultivo es de riego y con la experiencia que aporten los productores de amaranto mexicanos, esperan sacar adelante el grano.

En su oportunidad, el director del Poder del Consumidor y miembro de la Alianza por la Salud Alimentaria, Alejandro Calvillo, en su ponencia El Imperio del Azúcar, Consecuencias y Alternativas, refirió que de acuerdo a la última encuesta sobre nutriciòn, 46 por ciento de niñas y niños entre los 6 y los 12 años están en el rango de sobrepeso.

Destacó que en tan sólo 14 años (1984 a 1998) se modificaron los hábitos alimenticios de los mexicanos para mal, al caer de manera drástica el consumo de frutas, verduras y frijol, para dar paso a cereales de caja, refrescos y sopas instantáneas.

Indicó que el año pasado hubo 100 mil muertes ligadas a la diabetes, que es la principal causa de ceguera, debido a la retinopatía diabética, y de diálisis luego que los riñones están afectados, «lo que lleva a la ruina moral y económica».

Por ello se pronunció por un cambio en las políticas públicas que promuevan una alimentación sana que incluya el amaranto, y al mismo tiempo, se apoye a los productores de la CDMX y del país.

Finalmente,  Arturo Dimas de Huazulco, Morelos, contó su experiencia como transformador de amaranto y de los 250 talleres familiares que existen en la zona, clasificada como pobre, pero que brinda 2 mil empleos directos.

Puntualizó que se trata de una elaboración artesanal, con una máquina tostadora que funciona a base de aire caliente, en sustitución del comal de barro, lo que se traduce en un consumo anual de 5 mil toneladas en el estado de Morelos que, antes de 1990, sólo se le conocía en forma de barra o alegría y ahora se elaboran mucho más productos.

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