A 12 años de la campaña Sin Maíz no hay País, urge hacer realidad el derecho universal a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad como lo señala la Constitución, y que esta sea garantizada por el Estado mexicano mediante el desarrollo integral y sustentable.
Dicha organización conmina al nuevo gobierno a la construcción de un modelo agroalimentario donde las personas, los sujetos colectivos, los ejidos y las comunidades sean el centro de las nuevas políticas hacia el campo estén representados en el Plan Nacional de Desarrollo.
Hay que rescatar a la madre tierra, la economía campesina, los alimentos frescos, locales y saludables: el maíz mexicano y la tortilla de calidad.
Desde hace 12 años, refiere la organización, hicimos el llamado a “poner a poner a México” en la boca, ante la urgente necesidad de revalorar al campo mexicano, revalorar a quienes producen los que producen y preguntarnos cómo nos alimentamos”.
“Buscamos llamar la atención, del gobierno frente a la liberalización total del maíz, frijol, azúcar y leche en polvo, que permite el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Este llamado no tuvo eco en el gobierno mexicano, pero la sociedad mexicana comenzó a hacer conciencia de la importancia de nuestros alimentos y de quienes los producen, las y los campesinos”.
En estos años, hemos tenido logros muy importantes, entre ellos, la inclusión en 2011 del derecho a la alimentación en la Constitución, la suspensión por la vía jurídica de la siembra de maíz transgénico desde 2013, y que el Día del Maíz se instituya cada 29 de septiembre, para celebrar a nuestra planta sagrada y a quienes han hecho posible su existencia hasta el día de hoy, las familias campesinas.
Además, por igual, se han llevado a cabo acciones como la siembra de maíz, ferias campesinas, manifestaciones, la gran velada por el maíz y conciertos.
“México vive hoy una coyuntura en la que tenemos un gobierno que ganó democráticamente la presidencia con más de 30 millones de votos. El presidente Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que el campo debe volver a florecer, rescatar al campo para acabar con la pobreza y violencia, que no habrá siembra de transgénicos en México y que se recupera la autosuficiencia alimentaria. Existe mucha esperanza, pero sabemos que será difícil revertir el desastre provocado por casi 40 años de políticas neoliberales anticampesinas y la Revolución Verde, a favor de las grandes corporaciones en el campo mexicano”.
A través de la campaña Sin Maíz no hay País, se ha señalado la urgente necesidad de hacer realidad el derecho universal a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad como lo señala la Constitución, y que este sea garantizado por el Estado como también se dice de en la Carta Magna: el desarrollo rural integral y sustentable, también tendrá entre sus fines que el Estado garantice el abasto suficiente y oportuno de los alimentos básicos que la ley establezca”.
El Plan Nacional de Desarrollo debe establecer como prioridad el campo mexicano, producir los alimentos mexicanos que requerimos las y los mexicanos, una alimentación del pueblo mexicano antes que para el mercado interno, a la fecha nuestra alimentación depende de la importación y de la agricultura campesina e indigna en la actualidad a pesar de las políticas neoliberales, produce el 40 por ciento de los alimentos que consumimos, la mitad del maíz, frutas y café, entre otros.
(Redacción MEXICAMPO).