Preparan catálogo de especies de fitoplancton en México
Por Armando Bonilla.
Toda la productividad que se registra en un ecosistema marino, por ejemplo las comunidades de peces, está directamente relacionada con la comunidad de fitoplancton que en ese cuerpo de agua existe. Ante ello, un grupo de investigación prepara un catálogo de fitoplancton de las costas mexicanas.
La relevanciade dicho trabajo también tiene sustento en otras funciones de la naturaleza que tienen una correlación directa con la existencia del fitoplancton, tales como la purificación natural del agua, o incluso la regulación del clima del planeta por el uso de CO2 (un gas involucrado en el efecto invernadero) en su fotosíntesis, así como la producción de dimetil sulfuro, que propicia la formación de nubes y con ello el fenómeno de albedo, que refleja al espacio gran cantidad de luz y calor proveniente del sol.
Importancia e impacto del fitoplancton
En entrevista exclusiva con la Agencia Informativa Conacyt, la doctora María Esther Meave del Castillo, profesora titular del Departamento de Hidrobiología de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa (UAM-I), y especialista en la investigación del fitoplancton marino, explicó: “El fitoplancton es una comunidad muy importante porque son los productores primarios, por ello toda la productividad que se registre en un sitio, por ejemplo la de peces que es una de las que más interesa al hombre en términos de explotación para la alimentación, dependerá de la cantidad de fitoplancton que exista en esa área”.
Maria Esther Meave del CastilloDetalló que derivado de diversos proyectos de investigación orientados a la caracterización del fitoplancton en costas mexicanas, se tiene conocimiento de que hay sitios (llamados oligotróficos) donde el fitoplancton es más escaso, mientras que en otros (eutróficos) es muy abundante. “Por eso es importante saber colectar, cuantificar y estudiar adecuadamente a las microalgas planctónicas”.
Respecto a la importancia de comprender el fitoplancton, Meave del Castillo dijo que las implicaciones medio-ambientales del fitoplancton pueden ser tanto positivas como negativas y que en ello radica la necesidad de entender a detalle cómo se llega al impacto negativo, para así prevenirlo y a su vez fomentar las condiciones que deriven en impacto positivo.
“Al ser las microalgas planctónicas los productores primarios y considerando que varios tipos de organismos las consumen a lo largo del tiempo, han desarrollado sustancias que bien pueden ser toxinas o sustancias alelopáticas para evitar a sus depredadores; en consecuencia, hay más de 200 especies tóxicas y cuando sus poblaciones aumentan desmedidamente en la columna de agua, ello implica afectaciones ecológicas y a la salud de los organismos presentes en esas comunidades, incluyendo al hombre que consume sus productos pesqueros ”.
Otro problema habitual son los llamados florecimientos algales nocivos o FAN, otrora conocidos como mareas rojas, los cuales son un fenómeno natural que en ocasiones dura sólo unos cuantos días, el problema real consiste en los florecimientos de especies tóxicas, ya que ello impacta negativamente al ecosistema marino y también a las actividades económicas del hombre, ya que cuando ocurren FAN se decretan vedas que impiden la extracción y comercialización de los productos pesqueros.
Las líneas de investigación
“Yo me dedico a algo denominado florística y taxonomía, que básicamente estudia a las comunidades y trata de entender qué elementos favorecen la presencia de ciertas especies (de fitoplancton), por ello hago también ecología del fitoplancton. Comencé estudiando todo el Pacífico tropical mexicano, desde la zona de Nayarit, hasta Oaxaca, a través de diversos proyectos financiados por la Conabio”.
“Acapulco prácticamente concentra toda la diversidad que hay en el Pacífico mexicano y más, eso quiere decir que es una bahía muy poco afectada por cuestiones antropogénicas, ello pese al fuerte turismo y poco cuidado que se ha tenido para conservar la bahía”. Añadió que también identificaron que en esa zona las algas aparentemente depuran el agua, pues una gran parte de la comunidad fitoplanctónica (25 por ciento), tiene un metabolismo heterótrofo y varias especies son consumidoras de materia orgánica.
Derivado de dicho trabajo estamos pensando proponer que la bahía de Acapulco se convierta en un lugar preservado, porque es un sitio megadiverso que vale la pena conservar, sobre todo para llevar a cabo trabajos de investigación científica, ya que es como un gran laboratorio natural.
El catálogo de fitoplancton
En ese contexto, un proyecto activo que actualmente tenemos, dijo, consiste en definir con certeza cuántas especies microalgales tenemos en nuestras costas. Para esto, añadió, contamos con un nuevo proyecto llamado Catálogo de autoridades taxonómicas de diatomeas (Bacillariophyta) planctónicas, ticoplanctónicas y dinoflagelados (Dinophyta) de mares mexicanos.
“Estamos analizando la flora, tanto del Pacífico cómo del Golfo de México, actualizando sus nombres, verificando que en verdad existan en aguas mexicanas las especies reportadas en la literatura (…); porque lo que queremos es saber con certeza cuántas especies de fitoplancton tenemos en México, considerando toda su gran extensión litoral”.
Se trata de un proyecto en fase inicial y trazado para llevarse a cabo en un periodo aproximado de dos años, explicó. “Tenemos que revisar aproximadamente mil 400 taxa (nombres) con muchas sinonimias, se trata de un trabajo que tomará tiempo porque hay que revisar el ícono y la descripción original de las especies, y ver si esas características coinciden con la información de los ejemplares existentes en mares mexicanos”.
Finalmente, la investigadora señaló que la importancia del catálogo radica en que permitirá generar una relación correcta entre las especies que hay en nuestro mares, registrando todos los posibles nombres que tienen en la literatura, para así tratar de disminuir los errores de identificación y poder reconocer las especies que viven en diferentes regiones y aquellas que son exóticas en México y que han llegado a nuestras cosas por distintos mecanismos de introducción, entre ellos el agua de lastre de los buques cargueros. (Agencia Informativa Conacyt).-