11 octubre, 2024

Ciudad de México, 6 de julio de 2018. En México dos mil 300 grupos comunitarios gestionan sus bosques para la extracción de madera, lo que genera considerables ingresos para las comunidades y los hogares, expone hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el nuevo reporte SOFO 218.

La FAO explica que en Mexico, con las reformas constitucionales de 1992 para reconocer oficialmente el pleno derecho de las comunidades sobre sus bosques, excepto el derecho a vender la tierra, se puso en marcha un proceso para garantizar los derechos para mejorar los ingresos obtenidos de los bosques.

Así también resalta el Programa Conservación y Manejo Sustentable de Recursos Forestales de México (PROCIMAF 1), creado en 1997 por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), con el que se puso en marcha un importante programa para ayudar a las comunidades a crear empresas forestales.

Según el reporte de la FAO, algunas comunidades se han especializado en gestionar actividades industriales complejas y han ganado competitividad internacional, lo que les permite exportar productos derivados de la madera a los Estados Unidos de América. Los beneficios se utilizan para invertir en educación infantil, con el objetivo de formar a una futura generación de gestores comunitarios con educación universitaria.

Por otro lado, en la publicación señala que estudios realizados en el centro y el sur del estado de Quintana Roo indican que la producción y elaboración de productos derivados de la madera genera ingresos y, por lo tanto, constituye una opción para combatir la pobreza para las familias que viven en comunidades con derechos sobre los bosques.

FAO resalta el caso mexicano, junto con el de Guatemala, en donde las empresas forestales comunitarias obtuvieron de octubre de 2006 a septiembre de 2007, ingresos de 4.75 millones de dólares generados por las ventas de madera certificada, creando 10 mil empleos directos con el manejo forestal sostenible en más de 420 mil hectáreas de tierras situadas dentro de la Reserva de la Biosfera Maya.

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