16 abril, 2025

Sembrar salud desde la raíz para cultivar futuro sano para todos

Sembrar salud desde la raíz para cultivar futuro sano para todos

Por Sarah Martínez Gámiz

(Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

Santo Domingo de Guzmán, Edomex., 10 de abril.- Carlos Juárez Guzmán, productor de la población de Santo Domingo de Guzmán, Estado de México, a sus 73 años, promueve prácticas agrícolas que regeneran el suelo y siembran salud para las futuras generaciones.

“Un cuerpo sano necesita semillas sanas…, y eso sólo se logra con un suelo sano”, resume don Carlos Juárez Guzmán su filosofía de vida y de campo. Originario del poblado enclavado en el municipio de Ixtlahuaca, no solo siembra maíz, haba o frijol, sino también siembra futuro.

“Queremos voltear la mirada hacia la salud más visible e igual de vital: la salud del suelo. Porque ahí comienza todo. Porque un suelo vivo, fértil y equilibrado es la base de alimentos sanos y comunidades sanas.

“Yo siempre he pensado que el suelo es como una persona: si está enfermo, hay que curarlo. Si le falta materia orgánica, hay que dársela. Si está compacto, no hay que pisarlo ni meterle maquinaria pesada”.

Cuenta don Carlos con voz mezcla orgullo, experiencia y pasión. Mucho antes de hablar de agroecología o prácticas regenerativas, él ya aplicaba saberes de sus abuelos: nada de fertilizantes químicos, sólo estiércol compostado y rotación de cultivos.

Todo cambió hace unos seis años, cuando comenzó a colaborar con el CIMMYT. “Gracias al Dr. Bram (director general del CIMMYT, con quien don Carlos ha mantenido cercanía), me invitaron a trabajar con ellos. Desde el principio vieron que mi parcela tenía potencial.

Y con el apoyo del ingeniero Pablo Maya (asesor técnico del Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y Trigo), quien da acompañamiento en campo, aprendí sobre labranza de conservación, rotación con leguminosas, diversificación de semillas. Hoy hago siembra directa, ya no revuelvo el suelo, y los microorganismos lo agradecen”, narra don Carlos.

Recientemente se certificó como “doctor de los suelos” a través de un programa impulsado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. Dice que aprender a observar y leer el suelo lo cambió todo: “bajas 70 centímetros y ahí te das cuenta si el suelo está vivo o muerto. Mucha gente no lo sabe, pero más del 80 por ciento de nuestros suelos están enfermos”.

En su parcela siembra en policultivo maíz, frijol y calabaza, la cual sigue a la milpa tradicional, pero con herramientas modernas e innovadoras. Usa una sembradora de precisión, alterna colores y variedades criollas, y ya ha donado 11 tipos distintos de maíz al banco de germoplasma de ICAMEX.

También trabaja con otras instituciones para multiplicar semillas limpias que beneficien a más productores en el estado. Lo que cosecha, lo vende directamente cada semana en la plaza de Ixtlahuaca. “No tengo muchas hectáreas, pero sí muchas ganas de dejar un legado”, afirma orgulloso.

Sabe que cuidar la tierra no es una moda, es una urgencia, “ya basta de soñar con que alguien va a venir a salvarnos. El cambio empieza en nuestra parcela, en nuestras decisiones. Cuidar el suelo es un acto de responsabilidad con quienes vendrán después”.

Sobre qué espera dejar a las próximas generaciones, responde sin dudar: “tierra sana, limpia. Para que los que coman de ella, lo hagan con alegría, sabiendo que viene de un lugar vivo, cuidado y respetado”.

Así como don Carlos, otros productores en México y en otras partes del mundo, transforman su manera de cultivar gracias a la combinación de ciencia, acompañamiento técnico y el rescate de prácticas ancestrales. En el CIMMYT creemos que un campo más sano comienza con su gente: las y los productores comprometidos como don Carlos, siembran vida desde el suelo y cultivan esperanza con cada cosecha.

 

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