A pesar del avance significativo que ha registrado la producción de orgánicos en México, donde  actualmente se destina una superficie de más de 600 mil hectáreas y se generan divisas por 600 millones de dólares anuales, la actividad no cuenta con el apoyo de una política pública integral que estimule al pequeño productor en la transición de una agricultura tradicional a una sustentable.

Laura  Gómez Tovar, investigadora del Departamento de Agroecología del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias para el Desarrollo Rural Integral (CIIDRI) de Chapingo, al hablar durante la conferencia magistral: Situación actual y retos de la producción orgánica en México, consideró que se debe avanzar en la sostenibilidad de la producción de orgánicos y el intercambio de saberes con las universidades, centros de investigación y escuelas.

Durante su participación en el Encuentro  Nacional de Productores, Consumidores de  Productos Orgánicos, señaló que es necesario buscar incidir en las distintas instancias de gobierno (SAGARPA) para que apoyen más estos procesos productivos y esta actividad se convierta en un verdadero potencial de desarrollo para miles de familias sino para impulsar la economía del país.

La producción y consumo de orgánicos ya no es una moda, afirmó, pues desde 1967 se producen y las organizaciones sociales en México se sumaron a este modelo de producción desde 1980; sin embargo reconoció que los casi 180 mil productores, aún no cuentan con una organización nacional bien constituida que los represente, ni un marco normativo que facilite su operación.

Respecto a la producción de café, destacó que en México, un 25 por ciento del total de la superficie  cultivada por este grano, unas 170 mil hectáreas, en los estados de Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Guerrero, entre otros, se destinan al café orgánico, el cual se exporta a Estados Unidos, Alemania, Canadá, Japón, Corea, China, Europa, Norte de Europa.

Gómez Tovar subrayó que 80 por ciento de la producción de orgánicos  se exporta y el 20 por ciento restante se comercializa en tianguis. Agregó que ya hay 90 iniciativas de mercados locales en el país y  miles de tiendas y supermercados que los combinan sus productos convencionales.

“No es una moda, es una necesidad de gente que se acercó a lo orgánico porque se enfermó y el médico le recomendó que cuidara más su alimentación, el consumidor es más consciente”, añadió. Respecto a la certificación que existen  para avalar la calidad de los productos, comentó que existe una ley de productos orgánicos que se promulgó en 2007 y se empezó a aplicar en 2013, la cual  marca dos mecanismos de certificación para comprobar que realmente se produjeron bajo las normas establecidas.

Actualmente en el país operan 20 agencias de certificación, entre ellas Certimex, y hay otro mecanismo que se llama certificación participativa, donde productor encuentra con el consumidor se crean comités de certificación participativa, productores, consumidores, investigadores y ellos verifican como produjo el productor y llenan un dictamen, si éste es positivo se le permite al productor vender en el mercado orgánico.

“En supermercados y tiendas especializadas los precios son demasiado altos, por eso creemos que en los mercados locales y ferias locales, en las comunidades y ciudades cercanas a los sitios de producción se puede hacer el intercambio ya que el productor va a gastar menos en los costos de logística, menos costos de empaque, la idea es que allí se encuentren y se entienda cómo se produjo.