Por: Rafael Castillo Zugasti

A algunas personas se les puede pasar el desconocimiento de que el Estado Mexicano está sustentado sobre la estipulación de Poderes.
Así, en el Estado cohabitan: El Poder Ejecutivo, que recae en la figura del Presidente de la República, a nivel nacional, y el Gobernador del Estado, a nivel entidades federativas; el Poder Legislativo, con la constitución del Congreso de la Unión, para el País, los Congresos locales para los 32 estados de la Nación; y el Poder Judicial que se ve instituido en los Ministros ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) así como los magistrados de los 32 Tribunales Superiores de Justicia de los Estados.
Ante ello, hoy lo que se vive en Veracruz se aprecia como inaudito. El hecho de que alguien, con la constancia de mayoría emitida por una institución estatal, ahora “ciudadanizada”, pretenda ser y hacer un gobierno satelital de aquí a que tome posesión como gobernador constitucional.
Miguel Ángel Yunes Linares, gobernador electo de Veracruz, ha convocado a los Poderes de la Entidad a que desde ya, le rindan cuentas.
Mala acción viene realizando este personaje, debido a que no sabe, increíble es que lo desconozca, que al actuar y accionar de las instituciones establecidas en los Poderes, no se les puede convocar, presionar, emplazar ni mucho menos intimidar, con la supuesta presencia de él como el salvador de la circunstancia que vive, y vivirá, nuestra entidad.
Los tiempos legales, están constitucionalmente establecidos, y ni él ni nadie puede violentarlos o dejarlos de lado. Como tampoco, se puede tomar la vereda que pretenda llevar al portador del triunfo electoral, a constituir un gobierno en lo paralelo al que hoy hace y es Gobierno.
Actuando mal, bien o en su caso pésimo, se tiene que reconocer que hoy hay un Gobierno establecido dentro de los espacios de la legalidad, que hace gobierno, y del cual dependen sus instituciones en general.
Interesante es observar que el hoy electo anda preocupado, más que interesado, en realizar una investigación y auscultación profunda al teje y maneje del “andamiaje” institucional que prevalece actualmente en Veracruz. Sin embargo, tiene y debe por mandato de Ley, esperar su tiempo, aquel por el que fue electo, del 1 de diciembre 2016 a 31 de noviembre 2018, para poder actuar de acuerdo a los intereses que a sus representados convenga.
Emplazar al gobernante en turno; a legisladores de la actual Legislatura; a alcaldes de los cabildos que operan en su constitución desde el 2014, a los magistrados y a todo actor y factor público institucionalmente establecido en los Poderes de Veracruz, es una mala señal, que emite quien se llevó el triunfo en la pasada justa electoral.
Al gobernador electo le sugerimos realizar un viaje, y si no lo requiere en lo personal, quizá sí para reflexionar y conocer lo referente a la responsabilidad que desde el primer día de diciembre ostentará.
Que asista a otras latitudes para saber las buenas prácticas de gobierno que se han formulado e implementado, acordes a nuestra realidad, para que en su mandato Constitucional, aplique en nuestro Estado.
Muchos países, estados y municipios puede visitar para hacer un listado de políticas públicas que pudieran él y su equipo de trabajo aplicar. Y es que si sigue emplazando y hostigando difícilmente conseguirá una mejor forma de gobernar, aún cuando ya haya establecido su gobierno constitucional.
El electo lo que tiene que entender es que hacer gobierno, con intransigencia y sin sensibilidad, no es gobernar.
Repensar el pensar…
Quién es el alcalde que recibió, junto con algunos integrantes de su cabildo, a quienes anda propiciando la implementación de un gobierno dual, se sabe ya lo repensó, pues el pasado lunes en una comilona política el anfitrión y orador principal le propinó un baño público…
Hay otros alcaldes que saben, y le han hecho saber al portador de la constancia de mayoría, que en su tiempo y en su momento, ni antes ni después, se sentarán con él a dialogar…