*José Antonio Mendoza

Desde que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la desigualdad histórica entre regiones de México se agudizó, pues mientras que en el sur la pobreza prevalece en siete de cada diez personas, en la frontera norte y el Bajío disminuyó de afectar a cinco a tres de cada diez.

Y tal desigualdad se observa particularmente en la comparación entre regiones en el ámbito rural. Un indicador clave está en la agricultura. Según el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), “existe una concentración y regresividad de las transferencias y subsidios agrícolas, donde el gasto público agropecuario per cápita en los estados con mayor pobreza es entre 20 y 30 veces menor que el registrado en los estados más ricos del norte del país”.

Por ello ha resultado una necesidad imperiosa el establecer mecanismos para disminuir la brecha de la desigualdad. Y uno importante ha sido el Programa Piloto Territorios Productivos (PPTP), que surgió en 2014 bajo el amparo de PROSPERA y con el objetivo de promover la inclusión productiva, incrementando la productividad, la producción y los ingresos de las familias en pobreza. Buscando.

El PPTP, que ha contado con la participación de Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural en materia de diagnóstico, capacitación y asistencia técnica, “pretende ordenar y coordinar aquella oferta institucional de apoyos productivos que está destinada a la población pobre”, de acuerdo con el coordinador del Programa, Ramiro Ornelas.

Con una estrategia basada en la articulación de la política social y la política de fomento productivo, el programa no se limita únicamente a la formación de la familia como generadora de ingresos, sino que también busca incrementar la posibilidad de las personas en pobreza para acceder efectivamente a los recursos con que cuentan programas de fomento productivos del gobierno mexicano.

La gran fortaleza del PPTP radica entonces en la capacidad de formar grupos productivos exitosos en los territorios de mayor rezago, que como se estableció anteriormente, se encuentran ubicados en el sur-sureste del país.

Recordemos que con el TLCAN, los apoyos gubernamentales al campo se orientaron a las unidades capitalizadas, esto es, se dirigieron en mayor medida al norte. Hoy surge el cuestionamiento de si los territorios del norte son más productivos y por lo tanto se les deben otorgar mayores recursos o si los territorios del norte son más productivos porque se le otorgaron estos mayores recursos.

 

El PPTP, siguiendo esta idea, es una plataforma para que los territorios del sur puedan acceder a los recursos que les permitan ser más productivos y eficientes en las actividades económicas que realizan, otorgándoles así las herramientas necesarias para que sean más competitivos y puedan acceder no sólo a mercados locales, sino expandirse a los mercados nacionales e internacionales.

Es necesario reformular la imagen que se tiene del sur del país y abandonar el paradigma de que en el sur no existe un potencial productivo. Tenemos que preguntarnos si las personas nacen eficientes o se hacen eficientes y, a partir de esto, analizar si al incrementar los recursos que destinamos al sur del país podemos aumentar la productividad, la producción y los ingresos de las familias en pobreza.

 

*Asistente de investigación de Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, Oficina México