Ciudad de México a 19 de febrero de 2019.-Un 93 por ciento de las harinas de maíz y trigo que se consumen en México, muchas de ellas subsidiadas, no cumplen con los requerimientos mínimos de fortificación, por el contrario, están carentes de hierro y zinc, nutrientes esenciales en el combate de la anemia, que en el país afecta a uno de cada cuatro niños menos de cinco años, y a una de cada cinco mujeres embarazadas.
De acuerdo con la investigación de la Fundación Changing Markets ¡Al grano!: ¿Qué marcas de harinas incumplen con la normatividad de fortificación mexicana?, de 343 muestras que se tomaron de 61 productos de marcas de harinas de maíz y trigo más populares, se encontró que sólo el siete por ciento de ellas cuentan con los micronutrientes que se requieren.
En conferencia de prensa, Alice Delemare de Changing Markets y Yatziri Zepeda de Proyecto Alimente, dieron a conocer los resultados de los análisis en estos productos, que demuestra los vacíos, irregularidades y omisiones en los que se ha incurrido no sólo esta industria sino la COFEPRIS, quien no ha dado seguimiento al cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana 247, que establece la importancia en la fortificación de las harinas.
Lo más preocupante, dijeron, es que estas graves deficiencias se detectaron en productos de harina de maíz subsidiadas, por el gobierno mexicano, dirigidas a la población más vulnerable a través del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en Chiapas y que son producidos por la empresa MINSA, y tampoco las harinas de DICONSA (que en la presente administración se convirtió en Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX) tienen la cantidad adecuada de hierro.
Alice Delamare detalló que se observaron claras infracciones en 14 muestras de productos y marcas mexicanas como: MINSA, LA PERLA, TRES ESTRELLAS y HOJA DE PLATA, y de las importadas BOB’s RED MILL y LE 5 STAGIONI.
Y solamente las harinas de trigo de las marcas: SELECTA, SOL DE ORO, RIO LERMA Y GOLDEN HILLS (LA COMER) resultaron estar fortificadas adecuadamente.
Con este estudio se muestra que, a pesar de que la mayoría de las harinas en México están etiquetadas como ‘fortificadas’ con micronutrientes, solamente 4 de los 61 productos de harinas de maíz y trigo si lo están y, por lo tanto, en total cumplimiento con la ley y alcanzan una evaluación de 10.
Esto significa que la mayoría de las harinas que se consumen en México o bien no están fortificadas en lo absoluto (7%), o bien no parecen utilizar fuentes de micronutrientes de buena absorción en las cantidades adecuadas (86%)
“La fortificación de alimentos es una medida eficaz en la lucha contra la malnutrición, pero sólo cuando se hace correctamente. A pesar de ser un requerimiento legal en México, hemos descubierto que únicamente el 7 por ciento de los productos de harina están fortificados adecuadamente”.
En ese sentido Alice Delemare consideró que la industria alimentaria tiene la obligación de cumplir con la ley y la responsabilidad moral de mejorar la nutrición de las personas. “Sin embargo, está fallando a los mexicanos en ambos aspectos. El nuevo gobierno tiene que vigilar más de cerca las acciones de la industria alimentaria”, enfatizó.
“Las prevalencias de anemia por deficiencia de hierro en menores de dos años en México son alarmantes. Este reporte arroja una posible explicación: aunque los gobiernos han invertido mucho dinero en la entrega de alimentos, particularmente a través de los sistemas DIF y DICONSA, han fallado en la provisión de harinas adecuadamente fortificadas. Hoy tienen la oportunidad de corregir estas fallas”, dijo Aranzazu Alonso, Coordinadora del Pacto por la Primera Infancia.
La legislación mexicana obliga a las empresas a fortificar las harinas de trigo y de maíz con hierro, zinc, ácido fólico y otras vitaminas del complejo B; los estándares actuales para esta fortificación han estado en vigor durante casi 10 años. Sin embargo, el último informe de Changing Markets y Proyecto AliMente reveló que la mayoría de las empresas están utilizando un tipo inadecuado de hierro o no están utilizando la cantidad suficiente para asegurar que los niveles de hierro y zinc cumplan con los requisitos mínimos.
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“Vistos los resultados de este estudio, no parece que la industria alimentaria vaya a cumplir la ley por sí sola. Por eso, necesitamos una mejora en los controles oficiales y la exigencia de su cumplimiento. El gobierno anterior estableció la normativa, pero es el nuevo gobierno el que tiene la oportunidad de hacer que la fortificación se realice adecuadamente como una herramienta intermedia para mejorar la salud y la nutrición de las personas en México”, dijo Yatziri Zepeda, de Proyecto AliMente.
El ejercicio de muestreo realizado por la fundación internacional Changing Markets fue organizado y llevado a cabo a finales del 2018 por el socio del proyecto, Proyecto AliMente, en diferentes localidades de la Ciudad de México y Chiapas, dos de los estados con las mayores tasas de anemia del país. Redacción MEXICAMPO.