• Se ubicaron a través del uso de un enfoque bioinformático llamado redes de interacción

Con la finalidad de que ganaderos aprovechen las transformaciones físicas de sus bovinos, científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) crearon un método para identificar mutaciones que puedan ser utilizadas en el rastreo de características de interés económico en el área de la producción de vacas, como el crecimiento, temperamento y la reproducción bovina.

El maestro Francisco Alejandro Paredes Sánchez de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería (UPIIZ), campus Zacatecas, detalló que las mutaciones se ubicaron por una metodología denominada redes de interacción, la cual es un enfoque bioinformático que consiste en representar los genes como nodos y construir una base de datos, con la finalidad de encontrar una conexión entre ellos. ALEJANDRO PAREDES

El enfoque de redes de interacción se ha empleado en la evaluación de otras características, como el marmoleo en bovinos, donde se identificaron genes que están involucrados en la cantidad de grasa del animal. “Buscamos ayudar a los productores a través de la aplicación de esta innovadora tecnología, la cual permite encontrar a temprana edad las vacas que ofrecen mayor mérito genético”, aseveró el catedrático.

Una vez analizadas estas transformaciones se entabló la relación de crecimiento entre los animales que pueden estar asociados a determinada mutación. También encontraron genes que ayudan a incrementar el peso de 10 kilogramos o más en el ganado.

Paredes Sánchez informó que este modelo de redes de interacción se ha aplicado en plantas para identificar mutaciones que las hagan más resistentes a enfermedades. Además, en descubrir los genes que causan el retinoblastoma humano y en otras especies como ratones, gusanos y levaduras. “Lo que hicimos fue tomar una característica económicamente importante como el crecimiento bovino y se localizaron los genes que intervienen en su desarrollo”, indicó el catedrático.mutaciones

El científico politécnico reveló que una vez que se ubicaron por lo menos cinco genes, se buscaron los cambios que pudieran explicar las variaciones físicas que se observan en el bovino. En general se encontraron diversas anomalías, por ejemplo en un gen se encontraron 34 mutaciones.

Estas mutaciones no representan daño alguno para el ser humano, aparecen de manera normal como parte de los procesos biológicos o también del medio ambiente. Por ejemplo, la leche de las vacas con un gen mutado específico provoca 6.5 por ciento de grasa, en lugar de la cantidad normal de 4.5, económicamente es fructífero porque la grasa láctea tiene un alto precio en el mercado.

El investigador Francisco Alejandro elaboró el método durante su maestría en el Centro de Biotecnología Genómica (CBG) del IPN en Reynosa, Tamaulipas y sus asesores fueron los doctores Ana María Sifuentes Rincón, encargada del laboratorio de biotecnología animal y Aldo Segura Cabrera. Los resultados fueron publicados en la revista BMC Genetics.