Ciudad de México, 22 de abril.- Con motivo del Día Internacional de la Madre Tierra, la ONU recordó que hoy los océanos se llenan de plásticos y se vuelven más ácidos, el calor es extremo, presentan más incendios forestales, igual que las inundaciones y otros eventos climáticos más, que afectan a millones de personas.

“Aún hoy nos enfrentamos al Covid-19, una pandemia sanitaria mundial con fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema. La Madre Tierra claramente nos pide que actuemos”.

El cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden acelerar el ritmo de destrucción del planeta, subraya la Organización de las Naciones Unidas.

Este día de la Madre Tierra es el primero que se celebra dentro del Decenio de la ONU para la Restauración de Ecosistemas. Los ecosistemas sustentan todas las formas de vida de la Tierra. De la salud de nuestros ecosistemas depende directamente la salud de nuestro planeta y sus habitantes. Restaurar aquellos que están dañados ayudará a acabar con la pobreza, a combatir el cambio climático y prevenir una extinción masiva. Pero sólo lo conseguiremos si todo el mundo pone de su parte.

“Recordemos hoy más que nunca en este Día Internacional de la Madre Tierra, que necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta. Promovamos la armonía con la naturaleza y la tierra. ¡Únete al movimiento mundial para restaurar la madre Tierra!

HACER LAS PACES CON LA NATURALEZA

“Hacer las paces con la naturaleza: un plan científico para abordar la triple emergencia del clima, la biodiversidad y la contaminación” logra traducir el estado actual del conocimiento científico en mensajes claros y adaptados para que sean más fáciles de entender. Descubrir los problemas más urgentes del mundo y las oportunidades para resolverlos”.

Se hace el llamado a migrar a la agricultura de conservación que genere menos impacto en el medio ambiente, en nuestros días, la producción de cereales se reduce 5 por ciento por lo que urge un nuevo modelo de producción y consumo sostenible.

El Centro Internacional para el Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), y la empresa Kellogg, han logrado en tres años la adopción de prácticas agrícolas sostenibles en casi 7,000 hectáreas, aumentado 36 por ciento la productividad promedio de maíz.

En los próximos años, esta iniciativa buscará impactar en cerca de 20,000 hectáreas para producir cerca de 180,000 toneladas de maíz cultivado con una huella de carbono reducida.

A medida que crece la población mundial, hay mayor demanda de alimentos, y con esto, la presión sobre la tierra, recurso limitado, también ha aumentado. La superficie de tierras de cultivo por persona a nivel mundial disminuyó de forma constante, al pasar de  0.45 hectáreas en 1961 a 0.21 hectáreas en 2016, de acuerdo con los últimos datos compartidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Si se considera que el sector agropecuario es responsable del 24 por ciento de los gases de efecto invernadero, que contribuyen al cambio climático y del 70 por ciento de las extracciones de agua de ríos, lagos y acuíferos; y además, con cada grado que aumente la temperatura de la Tierra, la producción de cereales se reduce  aproximadamente 5 por ciento, entonces el nuevo modelo de producción y consumo sostenible debe procurar menor impacto ambiental y mayor productividad y beneficios al productor.

La Agricultura de Conservación, que promueve el proyecto de y CIMMYT y Kellogg, permite avanzar. En tres años de trabajo en Sinaloa y Guanajuato se ha fomentado la adopción de prácticas agrícolas sostenibles, en los próximos años, la iniciativa busca impactar en producir cerca de 180,000 toneladas de maíz cultivado con una huella de carbono reducida.

En la actualidad expertos en temas ambientales han determinado que el uso de la tecnología en la agricultura contribuye a la mejora de índices de preservación del medio ambiente, se sabe que la agroindustria está viviendo un proceso de transformación y los productores que adopten tecnologías correrán con ventajas en el mercado.

En ese sentido, Kilimo-agtech, subraya que la tecnología ha demostrado ser gran aliada para el sector, permitiendo no solo aumentar la productividad, sino mejorar la eficiencia, entre otros beneficios, una vez que se ha monitoreado el riego en los cultivos, cuyas tendencias tecnológicas impactan en la agricultura y el medio ambiente.

Kilimo ha logrado sortear el monitoreo remoto de las zonas rurales que tienen gran desafío para lograr la conectividad. Sin embargo, las agtech han encontrado aplicaciones que permiten el control a distancia de procesos involucrados dentro del periodo de cultivo, los que pueden ser manejados desde un dispositivo móvil sin necesidad de estar conectado a internet.

Esta apuesta por la transferencia de conocimientos y el desarrollo de capacidades ayuda a que los productores tomen mejores decisiones respecto al manejo de sus cultivos, que puedan registrar ahorros en sus costos de producción y generen mayores ganancias, pero sobre todo, es la columna vertebral que permite concientizarlos sobre la importancia de su trabajo y su impacto en el mundo, desde el ambiente hasta la nutrición de las personas que consumen productos hechos con sus cultivos.

Para la ONU, hacer que los sistemas agroalimentarios sean sustentables y constructores de paz social, es y debe seguir siendo parte de la respuesta de las sociedades para reconstruir y hacer frente a la pandemia por Covid-19.

Además, construir y fortalecer alianzas para transformar los modos de producción y consumo es fundamental para asegurar la disponibilidad de alimentos hacia el 2030, año en que debido al incremento poblacional será necesario duplicar la productividad agrícola. (Redacción MEXICAMPO).