DISNEY, COCO Y LA OLA ANTIMEXICANA EN EU
TAL CUAL
Luis Carlos Rodríguez González
La película Coco producida por Pixar y distribuida por Walt Disney Pictures, ganadora de dos premios Óscar en la pasada entrega como mejor cinta de animación y mejor canción, no se escapa del clima antimexicano que corroe a todo Estados Unidos.
Inspirada en la celebración de Día de Muertos en México expone diversas tradiciones de nuestro país y retoma temas como la familia, la música y el mariachi, las fiestas y los altares, si bien con aire hollywoodense, rescata en general la esencia de nuestra cultura.
Coco, que también ganó el Globo de Oro a mejor película animada redituó a Pixar y a Disney cientos de millones de dólares al ser la cinta más taquillera en México, en China, Chile, Canadá y otras naciones durante las primeras semanas de su estreno.
Lee Unkrich, uno de sus directores, luego de ganar el Óscar expresó su agradecimiento a la gente de México. “Coco no existiría si no fuera por sus hermosas tradiciones y cultura», enfatizó.
Pues bien, resulta que todos esos millones de dólares y diversos premios no tienen ninguna correlación con lo que ocurre en los parques temáticos de Disney en Estados Unidos, por lo menos el de Orlando, Florida, donde Coco y todos sus personajes como “Miguel” se encuentran prácticamente secuestrados, escondidos o desaparecidos en estos tiempos donde gobierna Donald Trump y en donde al parecer es políticamente incorrecto destacar la cultura mexicana.
Ni en Magic Kingdom, Epcot, Disney’s Animal Kingdom y Disney’s Hollywood hay una imagen de la película de Coco, ni en sus coreografías o desfiles aparece ningún charro mexicano con cara de calavera, ni mucho menos en sus tiendas de souvenirs se venden las máscaras de la abuelita de Miguel, ni la guitarra blanca que toca el protagonista y que sueña ser con la versión Disney de Pedro Infante.
Muchos dirán que es muy pronto para que Disney ya tenga todo esto listo en sus parques temáticos, pero la película fue estrenada hace más de seis meses e incluso ya se venden souvenirs de cintas que aún no se estrenan como “Los Increíbles 2”.
Incluso en México unas semanas después del estreno de Coco ya se vendían, vía la piratería, en las esquinas de los semáforos guitarritas blancas.
Parecería que este tema del virtual “secuestro” de Coco es irrelevante en momentos en que un agente de la Border Patrol disparó y mató a una migrante guatemalteca en Texas o en donde nuestros candidatos presidenciales exponen la pobreza de sus propuestas en materia de migración.
Sin embargo, es un tema de fondo. Hace unos siete años en el Parque Disney de Los Ángeles, la mayoría de los empleados eran de origen latino, especialmente mexicanos. Actualmente en Orlando, son contados los de origen latino, ya no digamos paisanos. La inmensa mayoría son anglosajones.
No cabe duda que las políticas antiinmigrantes, antimexicanas, que promueve Donald Trump son asumidas e instrumentadas de forma puntual por empresas como Disney, que por un lado se embolsa millones de dólares al copiar nuestra cultura y que al mismo tiempo desprecia a los mexicanos y prefiere no hacer promoción y souvenirs que destaquen la importancia de México y con ello molestar al magnate y presidente de Estados Unidos. Tal Cual.
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