En 23 años de TLCAN han desaparecido 600 mil lecheros
- Las importaciones en ese lapso han aumentado en 170 por ciento
Ciudad de México 6 de marzo de 2017.- Ante la inminente revisión del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, las secretarias de Economía, Agricultura y Salud, deberán comprometerse con el sector productivo mexicano de leche para devolverle lo que escatimó el gobierno federal al convertirlo en “moneda de cambio” para beneficio de otros sectores en el TLCAN, afirmó el presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González Muñoz.
Después de 23 años de sufrimiento económico para más de 600 mil pequeños y medianos productores de leche que se vieron obligados a desaparecer del padrón de productores y dedicarse a actividades nada parecidas al sector lácteo –“aún quedamos 150 mil”– este acuerdo ha sido adverso para la economía del segmento de ganaderos lecheros.
“Somos los primeros en negarnos a que México ocupe los primeros lugares como importador de lo que llaman leche en polvo –“en realidad es polvo de leche”—porque tenemos la capacidad para lograr que nuestro país deje de importar todo tipo de mezclas, de fórmulas lácteas, que son un engaño para los consumidores, mientras que las autoridades federales solapan estas irregularidades sin chistar”, dijo Álvaro González.
El dirigente de esta organización, dijo convencido que, los resultados a la distancia de 23 años, indican claramente que el gobierno de la época de Carlos Salinas, firmante originario del TLCAN, no tomó en cuenta a los pequeños y medianos productores, “lo cual interpretamos como una traición y omisión, porque no previó que una gran cantidad de lecheros saldrían de la actividad por incosteabilidad y competencia desleal.
Desde hace varios años, añadió, la producción nacional y sus beneficios están siendo sustituidos por productos de imitación, al grado que las importaciones en ese lapso han aumentado en 170 por ciento (cifras del SIAP – SAGARPA) al pasar de un consumo al año por persona de 16.5 litros, a 45 litros, lo que representa importaciones equivalentes a 15 millones de litros diarios.
Lo que debería llamar la atención de la Secretaría de Salud y de otras instituciones relacionadas con la alimentación y nutrición, es que, de esos 15 millones de litros de importación, sólo 4 millones 200 mil son aparentemente de derivados lácteos, como los quesos que se importan o la leche entera en polvo, el resto, más de 10 millones de litros diarios que se importan, para las Normas Oficiales de México son subproductos, como sueros.
Estos derivados lácteos son sobrantes o subproductos de la elaboración de quesos o “polvos de leche sin grasa” que aquí en el país les dan su ‘arregladita’ y muchos se comercializan como si fueran leche genuina.
Es de señalar que en el proceso de comercialización cuentan con la complacencia de la Secretaria de Salud en el aspecto sanitario, y de Economía, para meter esas mezclas al esquema generalizado del mercado.
“Estamos convencidos de que el gobierno de México está en deuda con los productores y en particular con los consumidores, por permitir el engaño. A esta práctica, dijo González Muñoz, la consideramos desleal, porque se favorece una competencia desigual a los productores, y a los consumidores los expone a sufrir riesgos sanitarios.
“No es aventurado señalar que miles de compatriotas que ahora se encuentran en una situación de riesgo y de desempleo en Estados Unidos, sean ganaderos y sus hijos quienes salieron de nuestro país en busca de oportunidades que aquí se les negaron.
“Hasta hoy seguimos esperando una señal del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, que nos indique un cambio de dirección. Creemos que pudiera ser un primer paso pudiera ser a través de la paraestatal LICONSA.
Esta empresa comercializa más de 3 millones de litros diarios y ya avisó que las compras de leche a pequeños y medianos productores va a disminuir a los niveles del año que la empresa paraestatal compraba en el 2008.
También informó que se mantiene el precio de 6.20 por litro, que también es similar al precio de hace 4 años, a pesar de que el aumento en 2015, de un peso por litro, representa aproximadamente 800 millones de pesos.
Esto representa para la empresa, en términos económicos, el valor de la crema que le quita a cada litro de los productores mexicanos, lo que representa 4 pesos por litro.
Si hacemos cuentas, dijo finalmente, si a cada litro le extraen 4 pesos por concepto de crema, tiene un valor de 2.20 el litro y la vende a 5.50.