DE NORTE A SUR

* Guillermo Correa Bárcenas

Como de película parece la investigación que Leopoldo Mendívil López plasma en su libro “Secreto Vaticano”, donde se detallan los hechos para socavar al Papa Francisco por parte del  presidente de Estados Unidos, Donald Trump, obra en la que también aparece como protagonista México y que será presentada el próximo domingo en el cierre de la Feria Internacional del Libro de la UNAM en el Palacio de Minería.

Para empezar, el autor narra que la aversión de Trump al Papa se inició por México, tras la defensa de Francisco a los mexicanos por el levantamiento del Muro; identifica como el peor enemigo del pontífice, dentro de la Iglesia Católica, al cardenal estadounidense ultraconsevador  Raymund Leo Burke, quien, según cuenta el estudio, tiene muchos seguidores en el mundo que están contra las posturas del religioso argentino en torno al cambio climático, el capitalismo extremista, la hostilidad hacia los refugiados y, sobre todo, lo que tiene que ver con las reformas liberales del jerarca con nombre real: Jorge Mario Bergoglio.

Las notas de Leopoldo Mendívil, nos dicen que Trump ha creado una alianza con los enemigos del Papa dentro de la misma Iglesia, los que han urdido una campaña global para difamarlo y provocar su caída, propósito que encabeza Stephen K. Bannon, estratega máximo del actual presidente de los Estados Unidos, y autor de propuestas radicales que estremecen al mundo, como prohibir la entrada a territorio estadunidense de inmigrantes musulmanes de siete países y la edificación del muro en la frontera con México.

El autor de “Secreto Vaticano” dice: El motivo inmediato al parecer fueron los comentarios del Papa Francisco el pasado 8 de febrero, cuando dijo que “un cristiano nunca dice: ‘yo voy a hacer que tú pagues por esto’ ¡Nunca! Eso no es un gesto cristiano”. Se refería al muro de Trump, y de la forma en que ha expresado que va a “forzar” a México para pagar su costo.

No es la primera vez que el Papa Francisco levanta la voz para defender a México contra la amenaza de Trump de construir un muro y de forzar al pueblo  a asumir el costo. El 16 de febrero de 2016 lo dijo por primera vez en el avión papal: “Una persona que sólo piensa en hacer bardas, donde quiera que estos muros se hagan, no es un cristiano”.

Desde aquella ocasión, el comentario del Papa incomodó a Donald Trump, quien respondió: “Ningún líder, especialmente un líder religioso, tiene el derecho a cuestionar la fe religiosa de otra persona” y añadió: “El gobierno de México está utilizando al Papa como peón. Y cuando el Vaticano sea atacado por el ISIS (grupo terrorista) el Papa sólo va a poder haber deseado y rezado que Donald Trump hubiera sido presidente, porque esto no habría pasado.”

Trump y el Papa Francisco representan los extremos opuestos en el espectro ideológico de nuestra era. El primero es el símbolo a ultranza del capitalismo y de la sobrevivencia del más apto donde el fuerte debe aplastar al débil; mientras que el segundo representa la visión jesuita del cristianismo, donde los ricos tienen la obligación social para con los pobres –la doctrina social de la Iglesia plasmada por el Papa León XIII en la Encíclica Rerum Novarum –de las cosas nuevas-, también llamada “Derechos y Deberes de los Capitalistas y de los Trabajadores.

Desde el inicio de su Pontificado el Papa Francisco pregonó a los cuatro vientos que esta iba a ser de nuevo la visión de la Iglesia, y los ataques contra él por parte de los “ultracapitalistas” norteamericanos no se hicieron esperar. En 2013 fue que comenzaron a llamarlo de plano “socialista” e incluso “comunista”. Los sectores del dinero en Wall-Street comenzaron a preocuparse sobre lo que podría causar ese nuevo y carismático Papa en la grey católica del mundo, especialmente en los países de América Latina, usualmente bajo la dominación económica de las corporaciones de los Estados Unidos.

Pronto el Papa inició otras acciones “perturbadoras” contra los intereses de los Estados Unidos en el Vaticano, como fue su llamado a firmas actuariales (también de Estados Unidos) para comenzar una auditoría “exhaustiva” de las cuentas antes “inexpugnables” del Banco Vaticano, entre las cuales había cientos de ellas que eran utilizadas por entidades “sombrías” que se servían de la “tubería vaticana” para operaciones de lavado de dinero y financiación del terrorismo.

El Papa Francisco en realidad estaba reiniciando una investigación que le había costado el papado a su antecesor, Benedicto XVI, al cual incluso lo amenazaron de muerte debido a esta investigación. Todo lo anterior se lee en el libro “Secreto Vaticano”, que documenta toda esta operación en la que el presidente de dicho banco –Ettore Gotti Tedeschi fue amenazado de muerte y obligado a renunciar meses antes que el propio Papa Benedicto, como resultado de la misma investigación.

En “Secreto Vaticano” se detallan los mecanismos con los que el Banco Vaticano había sido creado décadas atrás con apoyo de los Estados Unidos, diseñado con estatutos que lo hicieron “autónomo” y “separado de la autoridad pontificia”; es decir: creado para no tener que responder a la autoridad del Papa, sino a un Consejo de gobierno.

A lo largo de las décadas, diversos Papas intentaron romper ese status del Banco, y de investigar las actividades de “cuentahabientes secretos” del Banco –cuyas identidades ni siquiera el Papa podía conocer debido al “secreto bancario” protegido por los estatutos propios del Banco. Estos “cuentahabientes secretos”  estaban utilizando al Banco para financiar operaciones de terrorismo y crimen organizado por medio de sus cuentas.

Los pontífices que intentaron desbaratar esta red, o investigarla, fueron “castigados”. Uno de ellos fue el Papa Juan Pablo I, quien fue asesinado –se dice en el libro– en el día 33 de su pontificado, como consecuencia de rastrear las conexiones del obispo Paul Marcinkus –presidente del Banco Vaticano en ese momento- con capos de la Mafia de Chicago, y con la Logia Masónica P-2 y con el gobierno mismo de los Estados Unidos. El Banco Vaticano era parte de una operación clasificada del mando  de los Estados Unidos para desestabilizar a Europa por medio del terrorismo: la Operación Gladio.

En esta obra de Leopoldo Mendívil, se documenta cómo estaba integrada esta red y cómo fue que en el 2010  el Papa Benedicto reinició las investigaciones al Banco, a raíz de un incidente de presunto lavado de dinero y financiación del terrorismo en una transferencia con el banco J.P.Morgan en Frankfurt, pero se encontró con resistencias colosales por parte de los jerarcas del Banco Vaticano para revelar información. El Papa –y su aliado, el presidente mismo del Banco, Ettore Gotti Tedeschi- comenzaron lo que provocó la caída de ambos: reformar los estatutos del instituto. Al Papa le indicaron lo que hoy se conoce como “murdkomplott” –complot para asesinarlo- y al presidente del Banco le crearon una campaña difamatoria –además de amenazas de muerte.

Ahora la situación del Papa Francisco también esta bajo “fuego” de una forma que ni siquiera el propio Benedicto hubiera imaginado. Cuando Benedicto renunció en 2013, los “poderes reinantes” que provocaron su caída esperaban la llegada de otro Pontífice favorable a ellos, no Francisco. “Secreto Vaticano” detalla la forma en la que esta oligarquía “secreta” había preparado la entronización de ese otro candidato, y cómo durante el cónclave mismo, antes de finalizar el proceso de la elección, hicieron publicar en importantes medios informativos de la propia Iglesia la noticia de que ese otro candidato había “ganado”.

Este domingo en la FIL de la UNAM, que cumple 38 años, Leopoldo Mendívil presentará su obra, a las 19 horas.

 

DESDE EL CENTRO

 

Ante las amenazas de Trump, México busca ampliar sus rutas comerciales en Asia, principalmente con países como Japón, Corea y China. José Calzada Rovirosa, titular de la SAGARPA, está convencido de que ha  llegado el momento de cambiar la historia de México en el rubro agroalimentario, con políticas públicas y acciones destinadas a la búsqueda de nuevas opciones en defensa de los habitantes del campo nacional. Esto es, ir contra la dependencia  de Estados Unidos porque el país “no está cruzado de brazos y toma la delantera en la instrumentación de alternativas para la diversificación de mercados internacionales y opciones de nuevos proveedores, dadas las condiciones y retos en el entorno global»… Francisco Chew Plascencia, en nombre del Frente Auténtico del Campo, calificó al padrón único de beneficiarios de SAGARPA como un mecanismo totalitario de control de la población, que utilizan las dictaduras y regímenes fascistas. La UNTA, CIOAC, MST y CODUC se oponen a la incorporación de los campesinos a una plataforma que identificará a los productores por medio de fotografía, huella digital, fotografía del iris y registro de voz para tener acceso a los programas de la Secretaría de Agricultura, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación.

*Reportero de radio y medios impresos, fundador de la revista Proceso, asesor de organizaciones indígenas y campesinas, colaborador de agencias  de noticias y portales de internet.

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