11 octubre, 2024

TAL CUAL

Luis Carlos Rodríguez González

No es la “Guerra del Futbol” que reporteó el maestro del periodismo Ryszard Kapuściński y quien expuso en el libro del mismo nombre el conflicto armado de 1969 entre El Salvador y Honduras, que estalló a raíz de los partidos entre ambas selecciones de cara a las eliminatorias al Mundial de México 1970.

Se trata de “Guerra Electorera del Futbol” en México 2018, donde ante un triunfo de la Selección Nacional ante Alemania, todos los candidatos quieren emular al goleador Hirving “El Chucky” Lozano, es decir que se puede derrotar a la adversidad o baja popularidad, ganar algunos puntos en las encuestas y fotografiarse con la playera del seleccionado nacional.

No es la primera vez que el futbol y la política están de la mano. El caso del alcalde con licencia y ahora candidato al gobierno de Morelos por el partido Morena, Cuauhtémoc Blanco, es la mejor prueba de cómo los partidos políticos y sus dirigentes aprovechan el deporte más popular en México para ganar aficionados, es decir votantes, que puedan “golear” en las urnas a los adversarios.

Manuel Negrete, ex seleccionado nacional, ex puma, con el gol más bello de los mundiales, siempre cercano al PAN, a Felipe Calderón, ahora es candidato a la alcaldía de Coyoacán. Son pocas sus posibilidades de meter un gol a las mafias perredistas y morenistas que controlan esa cancha. Pero el partido aún no concluye y el ex futbolista busca rematar fuerte el próximo 1 de julio.

El portero nacido en Uruapan, Michoacán,  Adolfo Ríos, es candidato a alcalde de Querétaro por la coalición Juntos Haremos Historia. Fue jugador de Pumas, América y Veracruz. También fue comentarista deportivo antes de ser nombrado dirigente estatal del Partido Encuentro Social (PES) en Querétaro. Hoy no está bajo el arco para detener penaltis, sino busca un espacio en la política nacional. ​

En el pasado reciente el ex futbolista y defensa del Puebla, Roberto Ruiz Esparza, fue diputado federal por el PAN y posteriormente militó en Nueva Alianza para ser  candidato al alcalde por la capital poblana.

México no es un caso aislado del futbol y la política. En Brasil, el astro Romario ha sido diputado y senador. Otra estrella del balompié carioca quien cambio los goles por una curul es “Bebeto”. Ambos fueron estrellas de la Selección de esa nación. Ahora destacados políticos. Otras naciones como Honduras han tenido decenas de ex futbolistas que han militado en el Congreso.

Regresando a la cancha mexicana, a la electoral, se barren, disparan, gambetean, en busca de los votos ligados al futbol, a la fiebre mundialista y venden la idea de que las encuestas se pueden remontar como el juego México-Alemania.

Con su infaltable playera de la Selección Nacional, José Antonio Meade, de la coalición “Todos por México”, el pasado domingo, literalmente se colgó del triunfo tricolor, que no del PRI, y apuntó al arco: “Que nadie se confunda, en las elecciones no hay invencibles, las elecciones las gana el que trabaja más duro, con más entusiasmo, el que ofrece al país los mejores resultados y ese soy yo, sin duda”.

Jaime Rodríguez “El Bronco”, candidato independiente, prácticamente en la división de descenso ante un  pobre desempeño en la cancha electoral, no perdió oportunidad de barrerse al puntero: «Ni Alemania, ni Andrés Manuel López Obrador tienen seguro nada».

Ricardo Anaya, comparó el triunfo del seleccionado mexicano en Rusia con sus aspiraciones presidenciales: “Así vamos a ganar nosotros también, con fuerza, con entusiasmo y con muchísima determinación».

Andrés Manuel López Obrador, tampoco perdió oportunidad de festejar la victoria: «demuestra de qué estamos hechos los mexicanos».

Es la demagogia electoral en campañas que rueda detrás la suerte de un balón y candidatos que buscan arañar votos y adeptos con triunfos ajenos. Tal Cual.

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