The Exodo/Luis Carlos Rodríguez González

En medio del repudio en México, Centroamérica y en el mundo por la llamada “Política de Tolerancia Cero” que instrumentó desde abril de este año el presidente Donald Trump, la cual  consiste en separar a las familias de migrantes y encerrar en cárceles federales a los padres y en jaulas de centros de detención a niños, el gobierno mexicano no ha modificado su política de detención de miles de niños centroamericanos que son encerrados en estaciones migratorias por varios meses antes de ser deportados.

Si bien Donald Trump, frente al repudio internacional, firmó esta semana un decreto para no separar a las familias que son detenidas, la migración de menores, que hizo crisis hace dos años luego de que se contabilizó que al menos 147,000 menores migrantes centroamericanos y mexicanos, que viajaban solos, fueron detenidos entre 2014 y 2016 por parte de autoridades estadunidense, se mantiene, afirman organizaciones de derechos humanos.

Niños centroamericanos en su mayoría y al menos una veintena de mexicanos saltaron a la palestra desde hace semanas cuando se difundieron videos y audios donde los menores lloran en las jaulas de los centros de detención de estados como Texas. Sin embargo, la llamada “Política de Tolerancia Cero” inició desde abril pasado.

Tres meses después, el canciller mexicano, Luis Videgaray reaccionó más por la presión mediática y las denuncias de organizaciones de derechos humanos de Estados Unidos. Un día después, el presidente Enrique Peña, condenó el trato cruel hacia los migrantes en Estados Unidos y ofreció asistencia a los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador en este tema.

La paja en el ojo ajeno: Las cárceles para niños del INM

El Gobierno Mexicano mira “la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”, dijo a The Exodo el vocero del Movimiento Migrante Mesoamericano, Rubén Figueroa, quien dijo que cada año las autoridades mexicanas, tanto del Instituto Nacional de Migración, como fuerzas federales, detienen, encierran y deportan a alrededor de 40 mil niñas, niños y adolescentes centroamericanos.

“Son detenidos sin ninguna consideración, mediante un sistema de terror, sin considerar su edad, son perseguidos, muchos de ellos viajan con sus padres, otros realizan la travesía por México solos o por medio de algún traficante”, indicó.

Indicó que al ser detenidos son separados de sus padres y encerrados en instalaciones alternas del Instituto Nacional de Migración por periodos que van de una semana a los tres meses. “Son pocos los que son enviados al Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF), casi todos son encerrados como si fueran adultos, con todos los riesgos que ello implica”, apuntó.

Figueroa agregó que el gobierno de Enrique Peña Nieto al igual que de Donald Trump, ha contribuido con el “Plan Frontera Sur a una política de “terror” en contra de la niñez migrante, ya que no hay consideraciones en los operativos de detención de si son niñas, niños, si tienen alguna enfermedad, si viajan solos o con familia. Al final, como en Estados Unidos, son separados”.

De acuerdo a testimonios en la prensa estatal y a organizaciones no gubernamentales, los menores migrantes centroamericanos son tratados como delincuentes, así como se han detectado casos de abusos e incluso sexuales en contra de ellos, algunos suicidios e incluso casos en que son hacinados con personas mayores en penales de estados como Veracruz.

La inmensa mayoría de estos menores están huyendo de la violencia y la pobreza del llamado “Triangulo del Norte”, es decir Honduras, El Salvador y Guatemala. Decenas de miles de menores intentan cruzar por México para llegar a la frontera con Estados Unidos con fines de reunirse con sus padres o simplemente sobrevivir ante las amenazas ser reclutados o muertos por parte de pandilleros en sus países de origen.

En México, la mayoría de los más de 40 mil niños que cada año son detenidos podrían aspirar al asilo por la situación de peligro de la que huyen. Sin embargo, las autoridades mexicanas sólo otorgan ese derecho al 1 por ciento de los solicitantes, el resto son encerrados por meses y después deportados, muchos con una virtual sentencia de muerte, a sus países de origen.

De acuerdo a organizaciones no gubernamentales y de derechos humanos, el Gobierno de México tiene una red de estaciones migratorias que funcionan en los hechos como “cárceles” y son una especie de “embudo” para detener el flujo de migrantes.

Fray Tomas, director del Albergue La 72, en Tenosique, Tabasco, señaló que existen diversas evidencias del maltrato a niños y adolescentes en las estaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) y que incluso hay evidencias de los nexos de algunos funcionarios del instituto con bandas del crimen organizado y de la forma que policías federales realizado allanamientos a albergues de migrantes para menores.

De acuerdo a un informe del Senado de la República, desde 2015 a la fecha se han detenido a 99 mil 319 niños migrantes en México, los cuales terminaron en las estaciones del INM que funcionan como verdaderas “cárceles migratorias”.

Al respecto, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha señalado que las autoridades migratorias de México detuvieron al menos a 40.637 niñas, niños y adolescentes migrantes centroamericanos no acompañados entre 2014 y 2016.

Estos menores son víctimas de delitos y extorsión por parte de otros migrantes, sus propios guías o las autoridades mexicanas «otros más sufren secuestros, asaltos y agresiones por miembros del crimen organizado, por lo que se les van minando sus sueños y esperanzas».

Congreso Mexicano “repudia” política de Trump y “congela” reforma

La Comisión Permanente del Congreso de la Unión condenó y repudió las políticas del presidente Donald Trump en contra de los menores migrantes en ese país. Pero, la Cámara de Diputados, en abril de este año, envió a la “congeladora legislativa”, una reforma que prohíbe que los niños que son detenidos por el gobierno mexicano sean encerrados en estaciones migratorias que funcionan como virtuales cárceles.

Christian Skoog, representante de UNICEF, dijo que los principales beneficiados de los cambios legislativos serían los “miles de niñas, niños y adolescentes migrantes, solicitantes de asilo y refugiados en México”.

Las reformas permitirían “la extensión de la visión de protección a toda la infancia migrante, no únicamente la no acompañada”, así como darles estatus de “visitantes por razones humanitarias” a todos los menores migrantes “a fin de evitar su retorno expedito y garantizar que puedan ver cumplidos sus derechos básicos”.

Human Right Watch en el informe “Puertas Cerradas” expone que en total, más de 35.000 niños estaban detenidos en centros de migración en 2015 en México. Más de la mitad de los cuales eran niños no acompañados.

“Incluso aquellos con la suerte de ser transferidos por los agentes del INM a centros del DIF experimentaron alguna forma de detención. En la mayoría de los centros del DIF los niños no asisten a las escuelas locales, no tienen visitas supervisadas a jardines infantiles, parques o iglesias, ni tienen ningún otro tipo de interacción con la comunidad”.

A menos que necesiten atención médica especializada, permanecen dentro de las cuatro paredes del refugio las 24 horas del día, siete días a la semana, durante el tiempo que dure su estancia.

La CNDH, el 15 de enero de este 2018, denunció que el Instituto Nacional de Migración (INM) de México violó los derechos humanos de 122 indocumentados centroamericanos, incluidos menores de edad, al alojarlos indebidamente en instalaciones en la “Estancia Migratoria Fortín», antiguamente utilizada como cárcel.

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