Organizaciones sociales y campesinas en defensa del maíz
Ciudad de México a 12 de febrero de 2016.-Organizaciones sociales en defensa de la producción campesina y de la soberanía alimentaria, encabezadas por el pintor oaxaqueño Francisco Toledo solicitaron al Papa Francisco que durante su visita a México del 12 al 16 de febrero, haga un pronunciamiento en torno a la importancia que tiene el maíz en nuestra cultura y la amenaza que se cierne sobre el mismo, con la intención del gobierno y las trasnacionales Monsanto y Syngenta de cultivar semillas transgénicas en el campo mexicano en detrimento del medio ambiente y sus recursos naturales.
En una carta la Colectividad demandante contra la siembra de maíz transgénico, la Campaña Nacional Sin maíz no hay país y el Carnaval del Maíz; y personalidades como el pintor Francisco Toledo, Sergio Cobo González, Director de la Fundación San Ignacio de Loyola, Fray Miguel Concha Malo, Director Centro de Derechos Humanos Fray Vittoria y José Luis Bustamante, Pro Oax, consideran que es crucial que el Papa Francisco exprese su apoyo a los pueblos indígenas y campesinos tal y como lo señaló en la Carta Encíclica Laudato Si “Sobre el cuidado de la casa común”.
En su encíclica el máximo jerarca católico sostiene la experiencia vista en Argentina donde: “… En muchos lugares, tras la introducción de estos cultivos (genéticamente modificados), se constata una concentración de tierras productivas en manos de pocos debido a «la progresiva desaparición de pequeños productores que, como consecuencia de la pérdida de las tierras explotadas, se han visto obligados a retirarse de la producción directa» [113]. Los más frágiles se convierten en trabajadores precarios, y muchos empleados rurales terminan migrando a miserables asentamientos de las ciudades. La expansión de la frontera de estos cultivos arrasa con el complejo entramado de los ecosistemas, disminuye la diversidad productiva y afecta el presente y el futuro de las economías regionales. En varios países se advierte una tendencia al desarrollo de oligopolios en la producción de granos y de otros productos necesarios para su cultivo, y la dependencia se agrava si se piensa en la producción de granos estériles que terminaría obligando a los campesinos a comprarlos a las empresas productoras.”
En la misiva las organizaciones firmantes sostienen, “el maíz es para nosotros, una planta sagrada, nuestra madre y origen”, detallan su importancia por ser la principal fuente de alimentación de los mexicanos y la importancia cultural que tiene en muchas de las tradiciones nacionales, la cual ha enriquecido a otras regiones del mundo a través de las comidas y bebidas que se obtienen de esta semilla.
Señalan que hoy la avidez del capital busca apropiarse de ella, convertirla en una mercancía. Al introducirle genes se ha posibilitado su patentamiento y esto permite el control de las semillas y de la producción de la alimentación de la humanidad.
Denuncian que: “En esta tierra del maíz, los perversos mecanismos del paradigma tecnoeconómico y tecnocrático que subordina a la política -al cual usted denuncia con claridad- se han impuesto a través de las políticas agropecuarias desde que en 1992 se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el cual incluyó a nuestro maíz en la mesa de negociación. La élite gubernamental y empresarial decidió que era mejor importar alimentos de mala calidad, entre ellos maíz transgénico, y ¨exportar¨ -valga decirlo de esta manera- a nuestros campesinos de manera ¨ilegal¨ a Estados Unidos para producir esos alimentos que importaría el país.”
Abundan en su texto que todo ello ha llevado a un Agrocidio donde se han aniquilado a los campesinos y pueblos indígenas para despojarlos de las riquezas que han creado y preservado en sus territorios (recursos genéticos, agua, bosques, minerales).
“Después de más de 20 años del TLCAN, vivimos en la tierra que regaló al mundo muchas de las plantas de las que hoy se alimenta, una severa crisis alimentaria: el hambre se incrementa en nuestro país y al mismo tiempo, aumenta la obesidad, los dos grandes flagelos de la alimentación moderna en el mundo. Se ha generado y agravado el complejo conflicto socio-ambiental que usted nos invita a solucionar mediante una profunda Conversión Ecológica”, añaden.
Finalmente destacan que gracias a la intervención de un amplio movimiento social logró en México iniciar una demanda colectiva en 2013, contra la siembra de maíz transgénico autorizado por el Gobierno a favor de las trasnacionales y se ha logrado abrir un proceso judicial que permita abordar, “como usted ha señalado” todos los aspectos éticos implicados que aseguren una discusión científica y social, responsable y amplia, capaz de considerar toda la información disponible y de llamar a las cosas por su nombre.