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  • FAO está apoyando la resiliencia de los medios de vida a las amenazas, crisis y al cambio climático en catorce países isleños.

Santiago de Chile – Los pequeños estados insulares en desarrollo del Caribe (PEID)  y la FAO están desarrollando un nuevo programa para incrementar la resiliencia de sus medios de vida ante amenazas y crisis y al impacto del cambio climático en la agricultura y la seguridad alimentaria.

Con el apoyo de la Agencia para el Manejo de Emergencias y Desastres del Caribe  (CDEMA), los países fortalecerán su gobernanza para la gestión de riesgo, reducirán la vulnerabilidad a nivel local, mejorarán su capacidad de respuesta ante amenazas y crisis y sus mecanismos de monitoreo y evaluación del riesgo.

Antigua y Barbuda, Belice, Barbados, Dominica, Guyana, Granada, Haití, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y Granadinas, Surinam, y Trinidad y Tobago son los países que participan del nuevo programa, que también recibe el apoyo de la Comunidad del Caribe, CARICOM.CARIBE

“El cambio climático, que aumenta la intensidad y frecuencia de los desastres naturales, afecta de manera desproporcionada a los pequeños estados insulares en desarrollo, perjudicando sus recursos naturales y medios de vida, como la pesca, el turismo y la agricultura”, explicó Lystra Fletcher-Paul, Representante de la FAO en Trinidad y Tobago y Surinam.

Entre 1990 y 2014, ciento ochenta y dos desastres naturales mayores ocurrieron en el Caribe, afectando a más de 11,5 millones de personas, causando 241 mil muertes y US 16,6 mil millones de dólares en daños y pérdidas, con un grave efecto sobre la pesca, la agricultura, los bosques y la seguridad alimentaria de los países.

El programa de resiliencia de los medios de vida es parte de una nueva iniciativa regional de la FAO centrada en el uso sostenible de los recursos naturales, la adaptación al cambio climático y la gestión de riesgos de desastres, que apoya a los países a erradicar el hambre y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

“Los pequeños estados insulares son una prioridad para la FAO y deben serlo también para la cooperación Sur-Sur”, explicó Jorge Meza, encargado de la nueva iniciativa regional de la FAO.

 

Los desastres y la inseguridad alimentaria están directamente interconectados y por esta razón, los medios de vida resilientes son críticos en los esfuerzos de la FAO para ayudar a proteger a las personas más vulnerables del mundo y para que los sistemas alimentarios sean más resistentes y capaces de absorber el impacto y recuperarse de los eventos disruptivos.

Países se preparan para el impacto

El programa de resiliencia de la FAO promoverá el fortalecimiento de los sistemas de información y la mejora de los mecanismos de monitoreo y alerta temprana para amenazas que impactan la agricultura y la seguridad alimentaria y nutricional, incluyendo las enfermedades de los animales y de las plantas.

Los catorce países reducirán su vulnerabilidad a nivel de lof0008314s hogares y de las comunidades,  a partir de buenas prácticas y el rescate del conocimiento tradicional e indígena, con la participación de las comunidades locales.

Además se promoverán mecanismos de transferencia de riesgo, como los seguros agrícolas para los pequeños agricultores, y se mejorará el proceso de toma de decisiones de los encargados de políticas, oficiales de extensión y de los agricultores.

Los países también fortalecerán su capacidad de responder a los desastres naturales, disminuyendo los impactos sobre el sector agrícola, pesquero y forestal, y mejorando la capacidad de evaluar los daños y pérdidas del sector.

“El número, escala e impacto de los desastres naturales está creciendo. Estos reducen la producción de alimentos, destruyen los medios de vida y aumentan el hambre y la pobreza. Por eso debemos actuar ahora”, explicó Meza.

Una cuestión de supervivencia: el Camino SAMOA

El Caribe requiere un enfoque especial dado su vulnerabilidad única, algo particularmente cierto en sus estados insulares, para quienes el aumento del nivel del mar producto del cambio climático no es sólo una prioridad política sino una verdadera cuestión de supervivencia.

Para responder a este desafío, en 2015 los pequeños estados insulares en desarrollo adoptaron el Camino SAMOA, (SAMOA Pathway) un plan de acción centrado en el crecimiento económico con equidad, el cambio climático, la energía sostenible, reducción del riesgo de desastres y el uso sostenible de los recursos marinos.

El Camino SAMOA, que FAO ayudó a crear y cuya implementación está apoyando, aborda la seguridad alimentaria de forma integral, cuidando la salud de los océanos, luchando contra la degradación de la tierra y estimulando la igualdad de género y la inclusión social.

Estado de la seguridad alimentaria en los PEID

Barbados, Dominica tienen niveles de subalimentación menores al 5%, mientras que Bahamas, Belice, Jamaica, San Vicente y Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago tienen niveles de subalimentación menores al 10%.

Al otro lado del espectro, Haití enfrenta el peor escenario de toda América Latina y el Caribe, con un 58.7 % de pobreza y un 53.4% de su población afectada por el hambre.

CARIBE

Los desastres naturales pueden deshacer los avances logrados por los países en la reducción de la pobreza y el hambre, volviendo aún más difícil que logren los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenibles, cuyo segundo objetivo busca erradicar el hambre por completo año 2030.

¿Qué son los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo?

Los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) son islas pequeñas y países costeros de baja altitud con una variada geografía, clima, cultura y nivel de desarrollo económico, pero que comparten desafíos comunes para lograr un desarrollo sostenible.

La FAO colabora con los PEID  proporcionando asesoramiento sobre políticas, estudios y asistencia técnica en agricultura, ganadería, pesca, silvicultura, gestión de recursos naturales y seguridad alimentaria, en su compromiso de apoyar los medios de vida resilientes y mejorar la seguridad alimentaria.