Diego Ortiz

El peor enemigo de un mexicano en Estados Unidos es otro mexicano. Eso me lo han dicho hasta el cansancio y durante muchos años varios paisanos que viven al otro lado del Río Bravo.

La campaña de Donald Trump para su reelección presidencial reitera esa verdad. Migrantes y residentes mexicanos que han sido denostados, responsabilizados de “invadir” Estados Unidos, señalados como violadores, traficantes de personas,  narcotraficantes, que les roban los empleos a los estadunidenses, entre muchos de los adjetivos y descalificaciones para los 30 millones de origen mexicano que viven en ese país y para los 130 millones acá en México.

Pues bien, al parecer los insultos de Trump sumado a la política de “amor y paz” que desde México le profesa  el presidente Andrés Manuel López Obrador cada vez que se ofrece, tiene resultados entre un sector de paisanos que residen en Estados Unidos.

La organización Latinos for Trump que tiene presencia en varias ciudades estadunidenses ha señalado que buscan captar el voto de cerca de 32 millones de hispanos a favor de Trump y el Partido Republicano en las elecciones presidenciales. Un rebanada de ese pastel de votantes, obviamente son de origen mexicano.

No es un hecho aislado que actos de campaña de Trump han aparecido personas de origen mexicano que le han manifestado su apoyo. El último episodio ocurrió en Arizona, un estado polarizado por las leyes y políticas antiinmigrantes, pero también con una comunidad combativa en contra de los abusos por parte de autoridades y policías.

Morena, paisana, como la inmensa mayoría de nosotros, Betty Rivas, nacida en Ciudad Obregón, Sonora y con residencia en Tucson, apareció hace unos días en un mitín de Trump en Arizona  con un cartel: “Los latinos apoyamos a D. Trump”.

Ella y su esposo Jorge, también paisano, son dueños del restaurante “Sammy`s Mexican Grill” y son parte del 27 por ciento de latinos en Estados Unidos que, según sondeos, planea votar nuevamente por Trump. De inmediato en redes sociales fueron objeto de diversas criticas y descalificaciones por su apoyo al republicano.

El restaurante de comida mexicana, donde los tacos es el platillo estelar, se convirtió de inmediato en un cuartel electoral de los republicanos en Tucson. Trump aprovechó la polémica y anunció que visitará el negocio.

Los paisanos con aires anglosajones y que son inmunes a los insultos y que reparten amor, paz y votos a favor de Trump, así como los tacos, serán factor en la eventual reelección del magnate. Tal Cual.

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