18 enero, 2025
MARCEL 3

Yolanda Hernández Escorcia

El modelo de producción agrícola que se impulsó en México, a mediados del siglo pasado con la llamada Revolución Verde, está agotado, es obsoleto e ineficiente y urge cambiarlo, con el uso de la biotecnología, que recuperen gradualmente la calidad de los suelos e incremente la eficiencia de los cultivos, con fertilizantes amigables con el medio ambiente y costos más accesibles para el productor, aseguró el investigador y académico, Marcel Morales Ibarra.

Al hablar durante la presentación del libro: El Agro y las Áreas Rurales en el México del Siglo XXI, el cual coordinó junto con Gerardo Torres Salcido, el académico universitario reiteró que el esquema tecnológico de producción agrícola vigente en el país, además de costoso es altamente contaminante, porque “ha tenido en el uso de fertilizantes químicos la base de su crecimiento productivo que desde hace décadas entró en un proceso de agotamiento”.

En conferencia de prensa, el experto consideró que la recuperación del campo mexicano tiene en la biotecnología un sólido aliado, al cual hay que voltear a ver, como una alternativa confiable y segura para una producción agroalimentaria sostenible.

Morales Ibarra sostuvo que a nivel mundial, el sector agrícola es responsable del 40 por ciento de los gases de efecto invernadero y el calentamiento global, por el óxido de nitrógeno que contiene la mayoría de los fertilizantes que se utilizan para la producción de alimentos.

Subrayó que los fertilizantes químicos, además de contaminar los suelos y absorber el bióxido de carbono, se convirtieron en el insumo más caro para la producción en los últimos años, pues sus costos se elevaron, ocho veces, de 1,500 a 12 mil pesos la tonelada.

El también director de Biofábrica Siglo XXI, planteó que los biofertilizantes son productos elaborados con microorganismos benéficos que ayudan a nutrir a la planta de manera más eficiente, a menor costo y sin contaminar, además de rescatar los suelos que son el único reservorio del planeta para la captura de Bióxido de Carbono.

Dicha transformación, además de los biofertilizantes puede contar con bioinsecticidas, biofungicidas y bioremediadores de suelos. “Este tipo de tecnologías debe formar parte de las futuras políticas públicas de fomento y desarrollo agroalimentario, orientadas a transformar el actual modelo de producción, que está totalmente agotado, remató.

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