* Son indígenas de diversas colonias del Valle de San Quintín, B.C.

* En defensa de principios de igualdad y justicia

Ensenada, B.C., 23 de mayo.- Con el propósito de impulsar demandas laborales y sociales 18 mujeres indígenas, constituyeron la Alianza de Mujeres Jornaleras Agrícolas Indígenas y Migrantes, Asociación Civil, para tener mejor calidad de vida para sus familias, bajo los principios de igualdad y justicia.

Dicha Alianza es presidida por la activista Lucila Hernández García, quien se ha destacado por trabajar a favor de los derechos de las mujeres jornaleras, representante de la colonia Santa María Los Pinos -del Valle de San Quintín-, la secretaria de la citada organización la ocupará Isela López Agustín,  Reynalda Cuevas, tesorera, y Casimira Zúñiga Núñez, como primera vocal.

Cabe destacar que es la primera organización en el país, constituida por mujeres jornaleras migrantes, todas ellas de origen mixteco, con residencia actual en las colonias Santa María Los Pinos, La Cali, Vicente Guerrero y Lomas de San Ramón, del Valle de San Quintín, Baja California, municipio de Ensenada.

De acuerdo a Lucila Hernández, la asociación aspira crecer a nivel estatal y nacional con apoyo de organizaciones internacionales, la cual está abierta a tener contacto con los otros dos sindicatos de jornaleros agrícolas que nacieron en 2014, a raíz del movimiento que emprendieron trabajadores agrícolas, sin perder, preciso, su independencia y autonomía.

Aclaró que la alianza tiene contemplado poder resolver no sólo los problemas de las mujeres rurales marginadas, sino además de la niñez, la juventud y los adultos mayores.

La creación de la organización como asociación civil, quedó inscrita en notaría pública, y su alianza subrayó Hernández García, es con las mujeres jornaleras agrícolas, indígenas migrantes, trabajadoras asalariadas y sin ingresos.

“Somos diversos colores porque nuestra piel se ha impregnado del color de la tierra, de todo los campos, de todos los pueblos y caminos que hemos trabajado, recorrido y conocido”, declaró la activista, quien formó parte en el 2015 de uno de los sindicatos de la hoy dividida Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social.

Sostuvo que “las mujeres no estaban representadas plenamente en los dos sindicatos, no teníamos un espacio real y no eran escuchadas nuestras voces, incluso vivimos discriminación con nuestros compañeros de lucha, pero ahora tenemos nuestra propia organización civil con la cual esperamos tener una relación cordial con los dos sindicatos. Cuando existan coincidencias de lucha por la obtención de mejoras sociales entonces podremos establecer alianza de manera natural”.

Estamos legalmente constituidas, nuestra alianza es con las mujeres jornaleras agrícolas, indígenas migrantes, trabajadoras asalariadas y sin ingresos, “somos de diversos colores porque nuestra piel se ha impregnado del color de la tierra, de todo los campos, de todos los pueblos y caminos que hemos trabajado, recorrido y conocido”, agregó la activista.

Su labor como comenzó desde el 2005 con la impartición de talleres y la aplicación de programas productivos para las mujeres y directamente con las comunidades, quien estableció que “para poder avanzar en la tarea de abatir el rezago social en el que viven miles de mujeres, decidimos darle forma legal a nuestra organización y hoy, en la Notaría Pública número 5 de Ensenada, alcanzamos ese propósito”.

Reiteró que la asociación civil “trabajará de la mano” con empleadas domésticas, amas de casa, mujeres sin ingreso, y de todas las etnias y condiciones, “sin importar que no hablen una lengua indígena. Nuestra tarea es impulsar las demandas gremiales y sociales de las mujeres”, concluyó Lucila Hernández.