POBREZA
  • Representante Regional de la FAO destacó la importancia de reducir el hambre de quienes producen la mayor parte de los alimentos en la región: agricultores y agricultoras familiares.

3 de agosto de 2016, Santiago de Chile – La agricultura familiar genera la mayor parte de los alimentos en la región, especialmente la que se destina a los mercados internos, pero la pobreza afecta a casi la mitad de los habitantes rurales de América Latina y el Caribe, señaló hoy la FAO.

Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en América Latina y el Caribe hay 16,5 millones de explotaciones de agricultura familiar: cerca del 80% del total.

Con más de 60 millones de personas ocupadas, este sector constituye la principal fuente de empleo agrícola y rural, pero también concentra importantes índices de hambre y pobreza.

“Para erradicar el hambre en la región debemos fortalecer la agricultura familiar y crear sistemas agroalimentarios inclusivos”, dijo el Representante Regional de la FAO, Raúl Benítez, a los ministros de la CELAC reunidos en República Dominicana.

Benitez llamó a luchar contra la pobreza rural y a fortalecer los programas de protección social y desarrollo rural, durante la reunión que analiza los avances del principal acuerdo regional de lucha contra el hambre: el Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre 2025 de CELAC.alimentos

“Debemos impedir que quienes producen nuestros alimentos estén entre los que más sufren hambre y pobreza en la región”, señaló Benítez.

Benítez destacó que el Plan de seguridad alimentaria de CELAC llama a los países a mejorar los mercados de trabajo y dar fuerte apoyo a la agricultura familiar.

En el marco del plan, la región creo una red de sistemas públicos de abastecimiento y comercialización de alimentos, que adquieren productos de la agricultura familiar.

Además, múltiples países están generando lazos entre sus programas sociales y de alimentación escolar con las asociaciones de agricultores familiares.

La pobreza de quienes producen nuestros alimentos

 

La CEPAL estima que el 46% de la población rural de la región vive en pobreza y casi un 28% en pobreza extrema. A modo de comparación, en las zonas urbanas los niveles de pobreza y pobreza extrema alcanzan un 24% y un 8%, respectivamente.

Los agricultores y agricultoras familiares registran alguno de los mayores niveles de incidencia de la pobreza en la región: a principios de la década de 2000, más del 80% de los hogares pobres en Bolivia, Honduras y Nicaragua eran hogares pobres dedicados a la agricultura familiar.

Sin embargo, la FAO destacó que a partir de 2012, ocurrió una disminución de la pobreza en las categorías vinculadas a la agricultura en la región, si bien con importantes diferencias entre países.

En el caso de los trabajadores agrícolas por cuenta propia la pobreza se redujo sobre todo en Chile y el Brasil, países reconocidos por sus políticas de apoyo e inclusión de la agricultura familiar

“Brasil y Chile demuestran que este sector tiene un enorme potencial inexplorado, y que con las políticas correctas la agricultura familiar pasa a ser parte de la solución al problema del hambre en lugar de ser parte del problema”, explicó Benítez.

Internacionalizar la producción de la agricultura familiar

En el marco del plan de seguridad alimentaria de la CELAC, la FAO y la Asociación Latinoamericana de Integración, ALADI, están apoyando a cooperativas y asociaciones de agricultores familiares a que internacionalicen sus productos.

“Muchas veces la agricultura familiar puede reunir todas las condiciones necesarias para exportar sus productos, pero al no tener el apoyo necesario necesaria, los mercados exteriores parecen inalcanzables”, explicó Benítez.

Representantes de más de 44 cooperativas y asociaciones de pequeños productores de 16 países ya participaron en un primer curso de capacitación en Montevideo, donde aprendieron herramientas de inteligencia comercial que les permiten identificar condiciones de acceso a mercados intrarregionales.

Según la FAO, el fortalecimiento de las capacidades de producción y organización en la agricultura familiar, así como su participación en los mercados a distintas escalas, son clave para que la región transite hacia sistemas alimentarios inclusivos que contribuyan a una nutrición adecuada.alimentos

“La agricultura familiar tiene el potencial de comercializar productos frescos o procesados, pero manteniendo su calidad nutricional”, explicó Benítez.

En la región existen casos exitosos de pymes agrícolas con experiencia en mercados domésticos e internacionales, cuyos productos son relevantes para la seguridad alimentaria.

Tal es el caso de la Corporación de Productores y Comercializadores Orgánicos Bio Taita Chimborazo de Ecuador (COPROBICH), la cual produce y comercializa directamente quinua certificada a seis países.

Esta pyme no sólo provee un alimento originario de la región a múltiples países, sino que ha vendido hasta 20 toneladas al programa gubernamental Aliméntate Ecuador.

Según la FAO, un aspecto importante para la inserción de la agricultura familiar en los mercados es el fortalecimiento de su asociatividad.

Un ejemplo de ello es la reciente formalización de la Red Andina de Productores de Quinua, conformada por asociaciones de productores de Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina y Perú, la cual aspira a contribuir de manera sostenible a la asociatividad productiva y comercial en la cadena de la quinua.